No es una virtuosa del piano, como reconocen sus creadores de la Universidad de Cambridge, pero esta mano robótica, impresa en 3D, es capaz de replicar todas las habilidades de una mano humana, incluidos los movimientos complejos de un pianista.

Los investigadores de Cambridge desarrollaron esta mano robótica mediante la impresión 3D con materiales suaves y rígidos para poder replicar todos los huesos, pero también los ligamentos de esta extremidad, aunque, matizan, no los músculos ni los tendones. Este aspecto, señalan, es importante porque limita el rango de movimiento del robot.

Así, se consigue un movimiento “pasivo”, en el que los dedos no pueden moverse de forma independiente, pero si puede imitar diferentes estilos de piano. Más allá de la curiosidad artística que pueda despertar la habilidad de esta mano, publicada en la revista Science Robotics, el avance tecnológico puede ayudar a diseñar robotos capaces de ejecutar “movimientos más naturales con un uso mínimo de energía”.

De hecho, los investigadores señalan que las propiedades mecánicas y el diseño son clave para el llamado funcionamiento ‘inteligente’. “Podemos usar la pasividad para lograr una amplia gama de movimientos en robots, como caminar, nadar o volar, por ejemplo”, subraya Josie Hughes del departamento de Ingeniería de Cambridge.

El objetivo de este proyecto, apunta la otra responsable de la investigación, la doctora Fumiya Iida, es “comprender la inteligencia de nuestro cuerpo mecánico”. “Nuestros cuerpos cuentan con ‘diseños mecánicos inteligentes’ como huesos, ligamentos o la piel, que nos ayudan a comportarnos de manera inteligente, incluso sin un control activo dirigido por el cerebro”.

De ahí el experimento de tocar el piano, ya que es “una prueba ideal para estos sistemas pasivos y un desafío complejo, lleno de matices, que requiere un rango significativo de comportamientos para lograr diferentes estilos de interpretación”, apostilla Hughes.