Dice el Rey: "Hemos definido… bueno lo ha hecho el equipo de Cotec. Ya me encantaría haber podido participar, pero…", para seguir, tras la digresión y el guiño, reforzando con palabra regia las conclusiones y motivos de peso del ya clásico, desde 1996, Informe Cotec sobre la innovación en España, presentado en Madrid.

Un informe que, en este caso, se articula sobre datos de 2016 y, como también va siendo un clásico, tienen una de cal y otra de arena. "La I+D no ha acompañado al crecimiento económico y lleva seis años creciendo por debajo del PIB", especifica Cristina Garmendia, presidenta de la fundación, señalando que la subida del 0,67% recogida en el informe se debe "al sector privado" que, sin embargo, "parece reacio a aprovechar las posibilidades crediticias que le ofrece el sector público".

Las empresas no piden la financiación que el Gobierno ofrece (por algo será). Y esto tiene como consecuencia que "España está en el puesto número 22 en la OCDE en el apoyo público a la innovación privada".

El informe se apoya este año sobre el concepto de que "innovación es todo cambio, no solo tecnológico, basado en conocimiento, no solo científico, que genera valor, no solo económico".

Garmendia subraya que los dos grandes retos son "la educación y la financiación", en un país en el que "un 40% de los jóvenes completan estudios superiores, con el gran potencial de que 22,4 por cada 1.000 se dediquen a las carreras STEM, aunque con insuficiente vocación de las mujeres por estas".

La de arena es que hay demasiados "desajustes entre las tareas y las capacidades, la preparación, de los empleados jóvenes", de lo cual responsabiliza Garmendia al "tejido empresarial, que no es capaz de aprovechar sus competencias". Subraya que "la innovación social no sigue las reglas del mercado y el ecosistema es complejo y poco homogéneo", para terminar pidiendo "incentivos como en otros países".

La presentación del Informe incluyó la distribución de un libro especialmente creado por el estudio de diseño valenciano PalauGea, en edición limitada y numerada de 1.500 ejemplares, con un par de innovaciones tecnológicas para justificar "el indulto" a un producto de papel en los tiempos digitales. Por una parte, algunos de los contenidos están impresos con tinta invisible y hace falta una luz negra ultravioleta para leerlos. El mensaje de portada a la luz de una linterna led indica que "la innovación ilumina". Por otra cada libro posee un cubreportadas exclusivo, hecho en impresión algorítmica con un segmento de un puzle gigante.

En cuanto a la intervención del Rey Felipe, presidente de honor de la Fundación, no se limitó a un breve discurso de clausura, tras recordar que su padre, Juan Carlos, también presente en el acto, impulsó Cotec y su informe. Don Felipe habló de la innovación que importa y "produce cambio, porque el conocimiento y el valor que añade son coincidentes". Habló también de talento y estrategia y del reto "del futuro empleo en ese mundo que viene, no desde las perspectivas del cortísimo plazo -que son positivas-, sino tras los profundos cambios que habrá a medio plazo". El Rey invocó "un consenso sobre la calidad y naturaleza que deberá tener ese empleo".

Y aún dedicó Don Felipe unas palabras a la inteligencia artificial, para afirmar que "como individuos, por separado, será mejor la máquina, pero como inteligencia colectiva, como comunidad, el ser humano seguirá siendo mucho mejor, porque tenemos empatía. En un mundo de robots y algoritmos, nuestros cerebros son simuladores capaces de ponerse en el lugar del otro y podemos comprenderlo mejor".