Margaritis Schinàs, vicepresidente de la Comisión Europea.

Margaritis Schinàs, vicepresidente de la Comisión Europea.

Centros tecnológicos

EIT lanza la Academia Solar Europea para empezar a competir con los chinos

Anuncia en su cumbre anual InnovEIT el encargo de la Comisión Europea, que pretende crear talento para innovar y dejar de depender al 95% de la importación de paneles fotovoltaicos.

22 febrero, 2024 11:57
Bruselas (Bélgica)

A menos de cinco meses para las elecciones que definirán un nuevo Parlamento Europeo y, según los indicios, parece que mantendrán en su cargo a la actual presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, Europa no puede permitirse quedarse parada en el planteamiento y desarrollo de tecnologías estratégicas necesarias.

Por ejemplo, “lo digital y la salud es lo más relevante, pero la energía juega un papel específico, porque siempre ha sido la conexión entre todo y la economía. Es la guía principal para la descarbonización. Así que, sí, es un asunto muy importante para Europa”, confirma a D+I - EL ESPAÑOL Baptiste Buet, director de la unidad de negocio para la UE de EIT InnoEnergy.

La conversación tuvo lugar en el curso de la cumbre anual InnovEIT del Instituto Europeo de Innovación y Tecnología (EIT), celebrada en Bruselas, en la que el máximo responsable de su gestión, Martin Kern, anunció una nueva iniciativa: la Academia Solar Europea.

[Martin Kern, director del EIT: "La innovación no siempre es lineal y no se puede planificar"]

EIT, explica su director general, pretende aprovechar su ecosistema de innovación para apoyar a las pyme y las tecnologías solares fotovoltaicas europeas, con un fuerte enfoque en la formación y el reciclaje profesional de los trabajadores que puedan activarse para este sector.

Se trata de “desencadenar una nueva ola de innovaciones estratégicas que aumenten la competitividad y la sostenibilidad de Europa”, según un comunicado de la organización paneuropea con sede en Budapest.

Manufacturar en Europa

Pero, “no sólo se trata de cómo se despliegan las tecnologías energéticas, sino también de cómo podemos manufacturarlas en Europa”, precisa Buet, convencido de que la Unión “tiene un buen plan, con objetivos a largo plazo para la descarbonización y también a corto, para 2030, para incrementar y acelerar el desarrollo de esas tecnologías. Y con un marco regulatorio, el ‘paquete 55’ [plan para la transición verde] que será una fuerte señal para las inversiones”.

Y, añade el directivo de InnoEnergy, “esto se complementa con el comienzo de un plan industrial para desarrollar estas tecnologías en Europa e innovar donde sea necesario. Se trata de escalarlas para 2030, y para 2040, siempre buscando ‘the big thing’ que probablemente marcará la diferencia para 2050. Ese es el plan, frente a las constricciones del entorno global, incluida Rusia”.

Dicho, pues, de manera directa, el plan es ponerse a fabricar en Europa los elementos necesarios para generar energía solar, rompiendo la actual dependencia de las factorías asiáticas. “Es una oportunidad económica”, indica Buet. En la actualidad, “es relevante que para desplegar paneles solares el 99% lo importamos de China”.

De todos modos, plantea que ha de ser un plan amplio en cuanto a los sistemas de producción de energía, “con varias opciones para los diversos Estados miembros, que tienen diferentes historiales energéticos. No puedes comparar Francia con España, España con Holanda y Polonia… aunque tendrá que haber una convergencia a largo plazo. Será una transición difícil, costosa y puede ser difícil de aceptar por los ciudadanos”.

En las conversaciones con diversos sectores de EIT surgen también referencias a los sistemas de almacenamiento de energía, otra necesidad perentoria (el nuevo ‘unicornio’ Northvolt, fabricante sueco de baterías, es uno de los recientes motivos de orgullo de Kern y Buet), y el “hidrógeno verde” son claras prioridades: la guerra en Ucrania y la actitud de Rusia han puesto en primer plano la mayor debilidad de Europa.

De momento, la creación de una European Solar Academy, proyecto encargado por la Comisión Europea a EIT, es otro paso en esa dirección. “Ayudará a desarrollar está prioridad estratégica para ayudar a que Europa sea competitiva y sostenible” en el área de la energía fotovoltaica, afirma Martin Kern.

“En los últimos diez años la producción de tecnología solar se ha incrementado masivamente, un 25%, y China es el líder mundial en la producción más barata”, añade.

Colaboración de Solar Impulse

“Así que, si Europa quiere ser estratégicamente autónoma necesitamos nuestra propia industria. Pero antes de eso, necesitamos talento, gente con las capacidades para desarrollar y para participar en el ‘Green Deal’. Y esperemos que para ayudar a Europa a alcanzar los objetivos de neutralidad de carbono en 2050”, dice Kern, poniendo su fe en disponer de trabajadores cualificados y “startups que mejoren la competitividad europea”.

El proyecto comienza con un presupuesto de cuatro millones y una promesa de eficacia: “No sólo nos enfocamos en prioridades políticas clave, sino que además podemos reaccionar a ellas muy rápidamente, porque EIT es muy flexible y ágil. La Academia Solar llega después de la Academia de la Alianza de Baterías, que lleva dos años funcionando, establecida por EIT InnoEnergy”.

Además, la nueva academia empieza invocando a una figura icónica del uso de la energía solar, el explorador Bertrand Piccard, el hombre que completó en 2017 la vuelta al mundo con un avión impulsado exclusivamente por placas solares que cubrían su fuselaje y alas.

Su fundación, llamada Solar Impulse igual que su mítico aeroplano, se declara “comprometida con la identificación de las soluciones que puedan proteger el medio ambiente generando beneficios”. Y con eso se refiere a beneficios económicos, mejorando la eficiencia, reduciendo gastos y consumos innecesarios, aparte de utilizar los medios tecnológicos más adecuados para obtener energía y ayudar a la descarbonización.

En su página web, Solar Impulse identifica “más de un millar de soluciones limpias y beneficiosas” y acaba de lanzar un manifiesto, un documento de 38 páginas, dirigido a la Unión Europea bajo el título ‘Europe 3.0: Modernise to Thrive’ (Europa 3.0: modernización para prosperar).

Solar Impulse firmó en Bruselas un documento de colaboración con EIT para trabajar conjuntamente en la Academia Solar y apoyarla con sus medios. Cuenta con un nutrido equipo de ingenieros y científicos y un selecto grupo de grandes empresas asociadas.

Soluciones descarbonizadoras

Según Piccard, su organización puede aportar a las soluciones tecnológicas medioambientales apadrinadas por EIT su “marchamo, siendo hoy en día la única etiqueta en el mundo que certifica la rentabilidad económica” de las soluciones energéticas descarbonizadoras.

“Si es sólo la industria, o sólo los ‘verdes’, o cualquiera otro, quienes hablan, no tiene el mismo impacto que cuando hay personas diferentes hablando de la misma visión. Entonces es cuando tiene gran impacto y la gente quiere saber más al respecto”, declara Piccard.

Para Martin Kern, la actividad que lanza ahora EIT por encargo de la Comisión Europea entronca con la razón de ser de su organización. El pasado año la novedad fue la Deep Talent Initiative, un programa de educación en tecnologías profundas, con la ambición de dar conocimiento a un millón de europeos en tres años.

“Ahora contamos ya con la implicación de 770.000 trabajadores”, dice Kern, “así que estamos cerca del millón y la actividad sigue desarrollándose”.

El programa se complementa con un proyecto denominado ‘Higher Education Initiative’, cuyo propósito no es ofrecer conocimientos técnicos y de gestión empresarial (las dos áreas educativas de EIT) a estudiantes, sino “transformar las propias universidades en centros de alta educación. Lo lanzamos en 2021 y, por ahora, contamos con 350 universidades en toda Europa y 170 socios empresariales”.

Trabajamos también con la industria, porque no se trata sólo de hacerlo con un solo tipo de organización, sino de conectarlas entre ellas, integrarlas. Hemos entrenado ya a más de 40.000 estudiantes con este programa”, remacha.

Kern se muestra orgulloso de la evolución de EIT en sus 15 años de existencia, que le permite decir que tres de las Comunidades de Conocimiento e Innovación (KIC, por sus siglas en inglés, que son las diferentes áreas de especialización) son capaces ya de seguir funcionando por si mismas, sin depender de la financiación subvencionada.

Estilo de vida europeo

“Los KICs Climate, InnoEnergy y Digital se han hecho financieramente sostenibles para proseguir con sus actividades, apoyando a los innovadores y a los estudiantes”, subraya Kern, indicando que, “gracias a su mentalidad de negocio”, los respectivos socios con los que trabajan les han aportado conjuntamente 135 millones en el periodo de 2020 a 2022.

En su recuento general, EIT detalla que su “comunidad” ha creado a lo largo de su actividad 2.000 nuevos productos y servicios, ha apoyado a más de 7.800 startups y ha “levantado” más de 7.000 millones en inversiones privadas. Y ya cuenta con ocho unicornios europeos criados en su seno.

No es de extrañar que el vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinàs, encontrase un momento para asistir al evento InnoveEIT para hablar de “los desafíos y oportunidades” que suponen el modelo industrial de Europa, la inteligencia artificial y las tecnologías verdes, todo ello en relación directa con el EIT.

Afirma Schinàs que “las ‘skills’ son uno de los cuatro pilares del ‘Green Deal’ y por eso se ha designado 2024 como Año Europeo de las Capacidades”, destacando que lo que está en juego es “el estilo de vida europeo”, parafraseando el ‘american way of life’, “frente a los populismos y la eurofobia”.

Aprovechó Schinàs para anunciar que próximamente se va a presentar un “nuevo grado europeo”, es decir un tipo de titulación universitaria común para todo el ámbito de la UE, al que ya se han adherido “el 10% de las universidades europeas”.         

No es de extrañar, decíamos, que Schinàs se acercase en persona al InnovEIT para ofrecer halagos y anuncios. Al fin y al cabo, volviendo al principio, en junio hay elecciones europeas y el EIT se va consolidando como una historia de éxito a la que merece la pena arrimarse.

Una española que cambia las reglas de juego  

Alba Forns Albuixerch es una joven emprendedora barcelonesa, cofundadora junto con Will Wiseman de la startup Climatize, que financia -eventualmente mediante crowdfundings- instalaciones solares comunitarias. La empresa – y ella misma, seleccionada por Forbes por su impacto social siendo menor de 30 años- reside en San Francisco. Opera desde 2023 y ya ha conseguido 2,3 millones de dólares en financiaciones.

Alba Forns Albuixerch

Alba Forns Albuixerch

Forns, graduada por EIT, y Wiseman se conocieron en Barcelona durante una manifestación ‘Global Climate Protest’ y decidieron crear juntos su proyecto de energías limpias.

La empresa de Forns era uno de los nueve finalistas para los premios anuales para startups de EIT. En su caso, en la categoría de ‘Gamechangers’. No logró el primer puesto. Quedó segunda, tras los ‘foams’ ecológicos de Woamy creados por el egipcio instalado en Finlandia Mohamed Elamir.

Otros premiados fueron las baterías de ion de sodio de Altris (Suecia), en la categoría de innovación; la gestión de redes eléctricas mediante IA y sin sensores de Enline (Portugal), en la categoría de empresa; y la fabricación de nanomateriales para baterías de alto rendimiento de HiQ Carbon (Alemania) fue el proyecto ganador en la votación popular.

Como se puede apreciar, las cuestiones relacionadas con la energía están en primerísimo primer plano del interés europeo.