Madrid

Hace unos días hemos vivido una de las mayores caídas de Facebook y el resto de sus aplicaciones (WhatsApp, Instagram...) a escala mundial. Fueron apenas unas horas, aunque suficientes para dejar a millones de usuarios desangelados y en busca de alternativas. Pero, ¿qué pasaría si lo que se cayera fuera la internet misma y no hubiera escapatoria digital alguna?

Es el distópico -o quizás no tanto- escenario que plantea Esther Paniagua en su libro 'Error 404' (Debate). Se trata del primer ensayo de esta periodista, especializada en tecnología y colaboradora de D+I - EL ESPAÑOL, en el que parte de ese hipotético fin de internet (con todas sus ramificaciones económicas, sociales e incluso de orden público) para dejar constancia de todas las ineficiencias de la actual red de redes: desde la desinformación al cibercrimen, pasando por los riesgos para la democracia que plantean algunas autocracias o la necesidad de dotar de ética a los fundamentos básicos de la economía digital.

Tal y como explica Paniagua en entrevista con este medio, la idea de escribir esta obra surgió de una simple pregunta surgida en distintas conversaciones con grandes mentes del sector. "En el libro cito al filósofo Dan Dennett quien afirma que la cuestión no es si la red caerá o no, sino cuándo lo hará", introduce.

"Más tarde, moderé una sesión con el fundador del Oxford Internet Institute en Perú y toqué este tema. Y su respuesta fue que era algo que trataban en todas sus reuniones anuales desde el principio de los tiempos porque sabían que internet era una red vulnerable porque no fue construida para soportar todas las operaciones del mundo conectado y todos los usos que le damos hoy", rememora. 

Paniagua reflexiona sobre la concepción misma de internet: “La base de internet sigue siendo una red distribuida, como lo era al principio, y esos protocolos iniciales siguen ahí, pero sobre eso están todos los recursos que utilizamos. Y el control de la infraestructura y todos esos recursos está centralizado y funciona sobre una base diferente que ya no es distribuida como lo era internet, lo cual da lugar a que sea más vulnerable si cabe. No hemos puesto mucha consciencia sobre ello, simplemente hemos ido construyendo por encima porque si no hubiéramos tenido que rediseñar internet por completo y eso es implanteable porque supone desconectar a gran parte de la población”.

La autora plantea diferentes escenarios en que internet podría caerse… con todo el equipo. De entre todos ellos (un fallo de los mismos protocolos que tumbaron Facebook, un bloqueo político…) el más inmediato quizás nos parezca el de un apagón eléctrico que, cual efecto dominó y por accidente o ciberataque, impida el funcionamiento y el acceso a la red.

Pero Paniagua descarta que pueda suceder a gran escala… por ahora: “Es difícil que algo así suceda. Hemos visto en el pasado como Rusia tiró la red eléctrica de Ucrania. Son 250.000 personas afectadas. Pero tirar la red de un país entero como España es altamente complicado. Tendría que haber una acción coordinada de muchos ciberataques. Y en cuanto al apagón eléctrico, nuestro país tampoco corre el mismo riesgo que otras naciones europeas. El escenario puede darse, y de hacerlo, veríamos problemas en todos los terrenos, desde servicios críticos como hospitales a universidades, comercios, cadena de suministro, banca, medios de comunicación. Desconocemos el impacto real que algo así podría tener”.

Los problemas de internet

En 'Error 404' se plantean muchos de los retos que están encima de la mesa de los debates en el sector tecnológico actual. Por ejemplo, Paniagua habla de la falta de ética en el diseño de los algoritmos de muchas compañías, de la trampa de la personalización para que esas mismas enseñas se hagan con información personal o los retos en materia de garantizar los derechos humanos en la Red.

Le pregunto directamente a Esther Paniagua si estos males endémicos de internet son casi peores que una caída misma de la red. “En cierto modo sí, porque están socavando nuestras democracias y violando sistemáticamente nuestros derechos fundamentales”, reconoce.  

Portada de 'Error 404', libro de Esther Paniagua.

La respuesta a todos estos desafíos podría llegar, plantea entre sus extensas propuestas la autora, de la mano de una suerte de Alianza Democrática por la Gobernanza Digital. Este concepto, acuñado en la obra, incluye no sólo los aspectos más éticos o relacionados con la pugna contra los males de las fake news o la propaganda online, sino también factores ligados al comercio electrónico -una extensión del mercado único europeo a todo el globo- o a la política impositiva -con una defensa a ultranza de la tasa Google-. A sumar las críticas al fin de la neutralidad de la red o las numerosas injerencias políticas -como las de países como China o India- en el devenir de internet. 

Incluso si no tuviéramos un enemigo, como China, necesitamos mejorar internet. Pero es normal que tengamos miedo porque ellos tienen su ruta de la seda digital que hace que cada vez más países sean dependientes de ella”, indica la autora. "Hemos de hacer que la posibilidad de comercializar productos y servicios digitalmente esté directamente relacionada con el respeto a la privacidad o la portabilidad de datos y contactos, además de a principios como la no discriminación, cumplir unos estándares de ciberseguridad…".

Por supuesto, Esther Paniagua es consciente de que muchos de estas problemáticas van más allá del puro y mero campo digital. Y, también, de que algunas de sus más de 75 propuestas son extraordinariamente ambiciosas y de difícil realización. Pero estima que "hay que apuntar alto para construir algo, para tener un ideal e ir construyendo en esa dirección". Un camino en el que la obra de Paniagua puede servir de particular guía o mapa para no perdernos entre tanta incertidumbre.