El aumento de población en los núcleos urbanos y sus formas de movilidad están detrás de uno de los problemas más urgentes de las ciudades –y del Planeta–: de ellas provienen el 70% de las emisiones de carbono del mundo, según la Organización de Naciones Unidas (ONU).

En Europa, los desplazamientos en coche representan el 12% de esas emisiones. El objetivo es reducirlas en más de un tercio en los próximos años y cumplir con la Agenda 2030. Para ese mismo año, la Unión Europea se ha fijado el objetivo de reducir los gases de efecto invernadero un 55%.

En España, ya se ha diseñado una estrategia de movilidad y, de manera paralela, se está elaborando la Ley de movilidad sostenible y financiación del transporte. Su aprobación está prevista para el primer semestre de este año, tal y como ha adelantado Mercedes Gómez Álvarez, directora general de Transporte Terrestre en el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA).

“Venimos de un modelo dedicado a realizar una provisión de las infraestructuras y ahora queremos propiciar un cambio de paradigma en el que se trabajen las políticas de movilidad poniendo al ciudadano en el centro”, ha asegurado Gómez Álvarez, durante el encuentro ‘Hacia una movilidad 100% sostenible: retos de la transición al taxi eléctrico’, organizado por Free Now.

Entre las medidas que se impulsan desde Bruselas figura incentivar el uso del vehículo eléctrico entre los ciudadanos. Si todo va según lo previsto, se pasaría de los dos millones de automóviles de este tipo que hay actualmente a 40 millones en 2030.

Regulación y más subvenciones

Esta renovación del parqué automovilístico no solo incluye al coche particular, también las flotas de taxis. En el caso de Madrid, donde el número de licencias en la capital es de 15.600, cada uno de estos vehículos realiza alrededor de 55.000 kilómetros al año (unos 180 kilómetros diarios). Sin embargo, tan solo el 0,1 son eléctricos.

“El precio elevado, la escasa autonomía y los pocos puntos de recarga son las principales barreras que señalan los taxistas para no realizar el cambio”, ha explicado Isabel García Frontera, directora de Operaciones en Free Now. Quien también ha remarcado que “estos tres obstáculos son los mismos que había en España cuando en 2011 salió a la calle el primer taxi eléctrico”.

“En estos diez años las soluciones tecnológicas han evolucionado mucho y eso favorece la búsqueda de soluciones”, reconoce Pedro Fernández, CEO de la consultora MCO Global. “Sin embargo, la transformación requiere de otros componentes, como la formación, información y de mejoras técnicas en los vehículos”. 

Una visión que también ha compartido Cándido García, presidente de la Fundación Nacional de Movilidad Eléctrica: “Hay muchas dudas sobre el vehículo eléctrico y esta es una de las tareas pendientes. Es necesario conseguir una buena experiencia de usuario para transmitir de manera adecuada las ventajas de este tipo de vehículos”.

García Frontera también ha reclamado una mayor apuesta de la administración por medidas que faciliten la transición desde los motores de combustión a los electrificados. En este sentido, Federico Jiménez de Parga, coordinador general de Movilidad en Línea Madrid, ha explicado que en su ciudad ya está sobre la mesa la modificación de las ordenanzas de movilidad sostenible y la del taxi. “Somos conscientes de que esa transformación tecnológica es más que necesaria y que los avances técnicos ya lo permiten”.

“Por eso –ha añadido Jiménez de Parga– estamos elaborando un plan de subvenciones tanto para favorecer la renovación de la flota, a lo que destinaremos una ayuda de 9 millones de euros; como para instalar puntos de recarga en la ciudad de Madrid”. Estos no estarán ubicados en las calles, sino en localizaciones como centros comerciales o lugares de trabajo porque “de otra forma de momento no sería viable”.

Carles Conill, director de Servicios de Movilidad Sostenible del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) reconoce que “la Covid ha acelerado las medidas para incentivar la movilidad sostenible”. En octubre, se aprobó definitivamente el Plan Metropolitano de Movilidad Urbana (PMMU) 2019-2024. Entre sus líneas de actuación recoge un programa de choque para la adaptación del taxi a la nueva normalidad, incluida la adopción de los modelos eléctricos.

 Desde Ecodes, una organización sin ánimo de lucro que trabaja por un desarrollo sostenible, Mónica Vidal, su directora de Políticas Públicas y Gobernanza Climática, sostiene que “la movilidad eléctrica es una alternativa para la descarbonización de las ciudades. Es la opción más ventajosa tanto para quienes los conducen como para quienes viven en núcleos urbanos, ya que no solo reducen la contaminación del aire también el ruido”.

“La situación del planeta está en un punto crítico y nos jugamos mucho en los próximos años”, ha recalcado Jaime Rodríguez, director de Free Now. “Por eso tenemos que contribuir entre todos a frenar los factores que nos han llevado a una situación de emergencia climática”.

El compromiso de esta compañía, publicado hace unos días, es conseguir que en 2025 el 50% de sus viajes se realicen en vehículos totalmente eléctricos y que en 2030 el 100% de sus taxis sean cero emisiones en todos sus mercados clave en Europa. La inversión prevista para ello es de 100 millones de euros en los próximos cinco años, de los que diez millones se destinarán a las flotas españolas y a aumentar la disponibilidad de las estaciones de recarga en nuestro país. “Sabemos que no es suficiente, pero es un punto de partida”, reconoce Rodríguez.

 

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