Cada año, miles de personas son diagnosticadas con problemas cardíacos en nuestro país y otras tantas fallecen a causa de dolencias como el infarto de miocardio o la -mal llamada- muerte súbita. Las causas que llevan a ambas, materializadas en arritmias, sin embargo, pueden ser detectadas de forma temprana con una prueba tan sencilla como un electrocardiograma que, por dificultades en su acceso en la sanidad, no suele hacerse de forma generalizada.

Pero donde hay un problema, la tecnología encuentra una oportunidad de hacerse valer. Algo asi fue lo que pensó un particular grupo de profesionales (un ingeniero, un cardiólogo y un emprendedor) a la hora de crear Idoven: una startup que busca precisamente democratizar el acceso a los electrocardiogramas mediante pruebas en remoto para toda clase de públicos que son procesadas con inteligencia artificial en la nube.

El funcionamiento es muy sencillo: las personas solicitan el servicio y la empresa les facilita una  camiseta holter no invasiva integrada en su indumentaria: holter deportivo o holter de larga duración. este wearable es llevado durante días o semanas por el usuario, ya sea de manera constante o al hacer deporte, hasta conseguir un diagnóstico médico de su salud cardíaca. Ahí la magia radica en sus algoritmos de inteligencia artificial, que automatizan el diagnóstico al convertir los patrones de millones de latidos en información médica clínicamente relevante.

Idoven, participada por el futbolista Iker Casillas tras su incidente cardiovascular, también oferta sus servicios de automatización de diagnóstico en base a electrocardiogramas a centros de salud y hospitales. En estos momentos, la startup cuenta con usuarios en España, Portugal, Holanda, Bélgica, el Reino Unido, México o Alemania, y ha sido premiada en los últimos Premios EmprendedorXXI, organizados por ENISA y CaixaBank, justamente para apoyar esa internacionalización.

Además, la firma cuenta con una parte solidaria, llevada a cabo con la Comisión Europea, muy relevante: la donación de latidos.  ”Europa quiere crear relaciones en las que el dato médico digital pueda viajar a través de las fronteras. Se pueden dar servicios diagnósticos de empresas europeas a nivel internacional. Hay una línea ética dentro de la Comisión que busca que el ciudadano sea consciente de que su información médica puede ayudar a salvar vidas y existe una parte que hacemos nosotros: para que avance esa ciencia, los pacientes pueden donar sus latidos", explicó Manuel Marina, cardiólogo y CEO de Idoven, durante un encuentro organizado por We The Humans

De este modo, sus algoritmos de inteligencia artificial aprenden de cada latido, con la ayuda de los cardiólogos e ingenieros que forman parte del equipo. Mediante ese proceso, la máquina aprende cada vez más cardiología y también a desarrollar una medicina cada vez más precisa. Y es que la falta de información sobre la que entrenar a los algoritmos es uno de los elementos críticos que frenan el actual desarrollo de la IA en el campo de la salud.