Stefan Aßmann, presidente de Bosch Connected Industry.

Stefan Aßmann, presidente de Bosch Connected Industry.

Innovadores

'Horror vacui': ni un componente de la industria 4.0 fuera de control

Stefan Aßmann, presidente de Bosch Connected Industry, revela que la tecnología puede ahorrar 1.000 millones de euros al sector

8 mayo, 2018 09:00

Es quizás el sector económico que más transformaciones ha vivido y, además, el que ha servido de escaparate histórico para mostrarlas. Hablamos de la industria, ahora inundada de ese nuevo concepto de Industria 4.0 que adelanta una nueva era en su particular trayectoria.

Industria 4.0 que equivaldría, hasta cierto punto, a industria conectada, como defienden desde Bosch. "Comenzamos hace cuatro años a interrelacionar capacidades y a desarrollar capacidades de software y sistemas que nos ayudaran, tanto internamente como a nuestros clientes, a abordar este desafío con garantías", explica Stefan Aßmann, presidente de Bosch Connected Industry, a INNOVADORES. 

Con la 'industria conectada' la producción será más eficiente

Un camino que culminó en enero de este 2018, cuando Bosch dio vida a una unidad específica para la industria conectada, la que dirige Aßmann. "Yo estaba a cargo también de una red global de producción, con 10 plantas a mi cargo. Conozco el negocio desde cero y he podido llevar las necesidades y todo lo que hemos experimentado en estas fábricas a la nueva división".

Como es habitual, la sensorización y la integración de los móviles en el entorno industrial son una prioridad para Bosch. Gracias a sus soluciones, el mantenimiento preventivo o la detección temprana de errores de fabricación son una realidad accesible para el tejido fabril.

Mención aparte merece la aplicación de las nuevas tecnologías a la hora de economizar en el uso de energía en los entornos industriales. "Mediante la incorporación de sensores y sistemas de iluminación inteligente, una fábrica promedio puede llegar a ahorrarse hasta un millón de euros al optimizar el consumo a las necesidades reales de producción, a las áreas donde hay operarios trabajando", añade.

Pero hay otro aspecto que no debemos olvidar en nuestra aproximación a los retos de la industria: la gestión logística y la trazabilidad a lo largo de toda la cadena de producción y distribución (interna y externa). "Uno de los mayores quebraderos de cabeza de las grandes plantas de fabricación es saber dónde están tus bienes a lo largo del camino, la localización de los materiales de los proveedores y si llegarán a tiempo o no. Si podemos controlar todas estas variables, podemos hacer que la producción sea mucho más eficiente al predecir posibles interrupciones en la cadena de valor y no recibir las alarmas cuando el problema ya es una realidad", comenta el directivo de Bosch.

Aßmann incide en que "la clave aquí no está en tener el seguimiento de los paquetes, como en el caso por ejemplo de un pedido de Amazon, no es la tecnología en sí, sino la integración de esa información en todo el sistema de planificación de la fábrica".

De aquí al infinito con propuestas más vanguardistas, como sensores minúsculos para controlar la temperatura y humedad de los entornos industriales o APAS, una suerte de brazo robótico que sirve de asistencia al operario durante el proceso de fabricación y con el que los humanos pueden trabajar sin ningún equipo de protección adicional.

Pequeños pasos que conforman una auténtica revolución industrial. En palabras de Stefan Aßmann,  "hemos previsto que, con las tecnologías de Industria 4.0, podremos ahorrar hasta 1.000 millones de euros. Eso no es producto de una gran apuesta tecnológica, sino de pequeñas mejoras a lo largo de todo el año".