Primero, la empresa optó por la robotización con la incorporación de 35 vehículos autónomos, desde apiladores en acero inoxidable a vehículos tipo quads, que automatizan el transporte del producto en el proceso de fabricación y lo mueven entre secaderos, guardando la trazabilidad y la información sobre las diferencias de peso para saber cuándo está listo para su comercialización. Y ahora ha anunciado una colaboración con Cisco para interconectar la 'Nueva Bureba', que abrirá las puertas en breve. Pero, ¿por qué es tan relevante este anuncio?

Uno de los grandes frenos de la Industria 4.0 en España es, según el experto Pablo Oliete, el propio "desconocimiento", tanto de las personas que tienen que aplicar las tecnologías como de las empresas proveedoras tradicionales. “Hace falta mucha evangelización", afirma. Por otro lado están las startups, que son "actores disruptivos, pero se encuentran con una gran barrera porque sus interlocutores no han recibido formación". "La dimensión de las startups es muy pequeña y su capacidad de entrada es limitada", señala. 

Otro asunto que está entorpeciendo la digitalización de la industria es, a juicio de Oliete, el debate sobre qué perfil de la empresa debe encargarse de su implantación. Mientras unos apuestan por el responsable de operaciones y otros el TIC, el tiempo pasa. "Deben ser proyectos conjuntos y todos tienen que participar en ellos", concluye el experto.

Por eso los referentes son imprescindibles para popularizar la Industria 4.0. Campofrío se convierte en el espejo donde el resto de empresas nacionales pueden mirarse. Aunque es un caso especial, porque ha levantado la nueva planta de cero ya totalmente tranformada. "Los primeros pasos que se requieren para la transformación digital deben ser paulatinos", señala el socio fundador de la startup española Mesbook. ¿El primer paso? Disponer de todos los datos bajo una misma plataforma y poder trabajar con ellos. Así, el reto parece más asequible y así se podrá lograr que "la Industria 4.0. llegue a la 'clase media' de las fábricas, las pymes industriales". 

"De esta manera se conseguirá el objetivo fundamental a nivel país: conservar y mejorar el peso en nuestro PIB del sector industrial, en caso contrario, muchas de estas empresas acabaran desapareciendo, sobreviviendo a nivel local únicamente aquellas con producto perecedero, con impacto del coste logístico o esas 'rara avis' que tienen una ventaja competitiva en diseño", argumenta.