La inversión en la investigación es el punto débil de España. En esto han coincidido los seis ganadores de la 30 edición de los Premios Rei Jaume I: María Vallet, en Investigación Básica; Xavier Freixas, en Economía; Dolores Corella, en Medicina Clínica; Íñigo Losada, en Protección del Medio Ambiente; Ramón Martínez Máñez, en Nuevas Tecnologías, y el premio al Emprendedor Enrique Silla.

En la presentación de los premios que se entregan el 7 de noviembre en la Lonja de Mercaderes de Valencia, los galardonados han incidido en que en España se invierte poco y, además, se invierte mal. Ramón Martínez Máñez aún daba un paso más al insistir en que las inversiones se concentran hasta conseguir una patente, pero se evaporan en la etapa de aplicar y desarrollarlas para hacer llegar a la sociedad los avances.

En este acto previo a la entrega de premio, todos han subrayado la necesidad de mejorar la transferencia de tecnología, porque “no se invierte lo suficiente” en proyectos de investigación. De hecho, todos los ganadores van a destinar el premio a proyectos de investigación: desde la recuperación del talento hasta la inversión directa en sus respectivas universidades en tres aspectos fundamentales: mantener y profundizar en sus investigaciones; formar a jóvenes, y favorecer la movilidad de estos por otras universidades.

Por ejemplo, el premio de Economía, Xavier Freixas, ha indicado que él invertirá el premio en retener y contratar talento en un campo, el de la economía, en el que “estamos a años luz” de otros países europeos.

Así, el premio al empresario emprendedor, Enrique Silla, propietario de la textil Jeanologia, que ha revolucionado el mundo del tratamiento de textiles sin agua y sin químicos contaminantes, quiere que se cree una Cátedra de Sostenibilidad en la Universitat Politècnica de València.

Silla también ha aprovechado para criticar las medidas económicas adoptadas por el Gobierno, porque, en su opinión, penalizan a las pymes al ponerles muy difícil salir al extranjero y, además, se desincentiva la inversión en I+D. Para Silla, “el gran problema radica en que no hay una política económica a largo plazo”, cada gobierno hace la suya lo que genera “enormes incertidumbres”.