No estamos tan lejos del futuro distópico de Ex Machina.

No estamos tan lejos del futuro distópico de "Ex Machina".

NUEVOS HORIZONTES

El futuro de los humanoides

Los Ángeles (EE.UU.)
30 enero, 2024 01:13

Según las previsiones futuristas de escritores y cineastas de las últimas décadas, deberíamos estar viviendo en tiempos de guerra contra ejércitos de robots humanoides. Estos seres propulsados por la inteligencia artificial y la visión por computadora deberían haber puesto en peligro a la humanidad. ¿Estamos lejos de esa imagen apocalíptica?

La llegada de los robots al entorno humano y su integración dentro del mundo laboral no se ha producido de manera radical, sino que se ha tratado de un fenómeno progresivo. No cabe duda de que ha transformado el panorama en las fábricas. Poco a poco los empleados han sido reemplazados por una tecnología más precisa y, a la larga, menos costosa.

Efectivamente, tal y como se esperaba, ahora son los robots los encargados de llevar a cabo las tareas más repetitivas, tediosas y peligrosas que existen dentro de las cadenas de producción. Y han demostrado ser una solución acertada por su fuerza física y capacidad de llevar a cabo, una y otra vez, las mismas acciones, pero ¿qué hay de su inteligencia?

El debate parecía estancado, pero la irrupción de Chat GPT en el último año ha reavivado los peligros que podría conllevar “armar” a humanoides con la inteligencia artificial.

El magnate Bill Gates tiene su posición clara y es a favor. Su punto de vista quedaba claramente plasmado en su blog oficial, donde la semana pasada demostraba su apoyo a aquellas startups que trabajan en el desarrollo de humanoides. 

“¿Es más difícil para las máquinas imitar la forma en la que los humanos se mueven o piensan? Si me hubieran hecho esta pregunta hace una década, mi respuesta habría sido: pensar”, comienza diciendo Gates, para luego destacar cómo su respuesta ha cambiado tras los avances producidos en el campo de la inteligencia artificial.

Boston Dynamics es una de las compañías que lleva ventaja en este aspecto, con una serie de robots que han demostrado ser ágiles a la hora de sortear obstáculos y subir y bajar escaleras. Su robot-perro, bautizado como Spot, ya está siendo empleado como elemento de seguridad tanto por el sector privado como por el público. 

Sin embargo, tal y como destaca Gates en su escrito, los robots todavía demuestran complicaciones a la hora de desarrollar su destreza, la movilidad y la cognición. Teniendo en cuenta la gran velocidad con la que se desarrolla el aprendizaje automático, se podría esperar que la inteligencia de los robots llegue a superar su 'físico' en cuestión de meses. 

En su blog, Gates ve a los robots como un elemento esencial de la sociedad sin tener en cuenta los aspectos negativos. Sí es cierto que podrían convertirse en los héroes a los que la sociedad acuda en caso de catástrofes naturales y para evitar la expansión de futuras pandemias, pero en ningún momento llega a abordar temas esenciales como los peligros de la integración con la inteligencia artificial y la ciberseguridad.

Sí es cierto que, con brevedad, Gates llega a tratar del posible impacto de los robots en puestos de trabajo actuales, pero sigue la misma voz que la industria tecnológica lleva dictando desde hace cuatro años: los robots sólo sustituirán a los humanos en los trabajos más peligrosos y, además, “estamos atravesando una escasez de trabajadores en ciertas industrias”.

Esa escasez de trabajadores en sectores como el de la restauración y la logística está bien documentada en Estados Unidos. Es un fenómeno relacionado con la Gran Dimisión, cuando se produjo un movimiento masivo de trabajadores que decidieron abandonar sus puestos de trabajo a partir de la pandemia. 

Pero no se mencionan los problemas que llevaron a estos trabajadores a abandonar la seguridad financiera de sus puestos de trabajo. La inflación persistente, el estancamiento de los salarios mínimos en el país y la falta de subsidios para la sanidad son algunos de los motivos que impulsaron el movimiento. La Gran Dimisión no se produjo por un hartazgo común de la noche a la mañana, sino por la suma de estos factores.

Ahora, estos trabajadores observan cómo unos humanoides que no necesitan ni sueldo ni seguro médico toman sus puestos de trabajo. Puede que no estemos tan alejados de aquellas impactantes escenas finales de Ex Machina.

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