Con motivo de la llegada de Disruptores e Innovadores (D+I) a Invertia y EL ESPAÑOL, hemos querido tomar el pulso a 100 de los principales líderes de la digitalización de nuestro país, referentes en sus disciplinas, en un contexto claramente marcado por la necesidad de que España aproveche la oportunidad histórica que se nos presenta para transformar nuestra economía y el modelo productivo con la tecnología en el epicentro.

Cabe recordar que en los próximos tres años, España dedicará 70.000 millones a digitalización, de los que más de 20.000 serán inversión pública de fondos europeos. Un momento trascendental para que nuestro país, sus infraestructuras, empresas y ciudadanos den el definitivo salto hacia la digitalización. Una coyuntura que necesita medios como D+I que informen de toda esta transición. 

Para analizar cómo debería canalizarse ese capital y cuáles deberían ser los ejes vertebradores de la estrategia digital de España, en estas dos primeras semanas de vida daremos voz a los grandes líderes de Administraciones, grandes empresas, tecnológicas, startups, aceleradoras e investigadores. 

Estas son sus reflexiones: el punto de partida para construir entre todos el mañana digital de nuestro país.

Federico Ruiz

Director del Observatorio Nacional 5G

Es tremendamente importante que las administraciones públicas apoyen a las empresas para que lleven a cabo una verdadera transformación digital porque esto derivará en un beneficio para el tejido económico español. España es un referente en el desarrollo de proyectos piloto de 5G a nivel europeo, claves en la exploración de nuevos casos de uso y la detección de posibilidades económicas. Este liderazgo está siendo posible gracias al esfuerzo combinado del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, a través de Red.es y de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones, del sector privado y de las Comunidades Autónomas. Este es un ejemplo que ilustra a la perfección la eficacia de las grandes alianzas público-privadas. Hay que seguir apostando y subvencionando proyectos para explorar nuevas aplicaciones y lograr que el 5G se convierta en una tecnología habilitadora para todos los sectores.

La transformación digital es primordial para sostener los avances que se suceden de manera diaria en la sociedad. En este sentido, desde Mobile World Capital Barcelona apostamos por el 5G como una tecnología habilitadora esencial. El despliegue generalizado de esta infraestructura aporta mucho más que rapidez en la experiencia del consumidor final, ya que cumple una función habilitadora para otras facetas como el transporte sostenible y accesible o la eficiencia energética. Su impacto es mucho más amplio, rico y complejo.

Federico Ruiz, director del Observatorio Nacional 5G.

Elena Otero-Novas

Directora de Legal, Regulación y Seguridad Corporativa de Vodafone España

Es fundamental el apoyo gubernamental con cargo a los fondos europeos para el despliegue masivo de las nuevas redes 5G. Un apoyo, además de estimularlo a través de una subasta de las nuevas frecuencias de 700Mhz sin afán recaudatorio, que valore el esfuerzo inversor de desplegar redes 5G potentes, que permitan a España seguir a la cabeza en infraestructuras de telecomunicaciones. Este enfoque debe asimismo utilizarse para adaptar la tributación especial del sector de las telecomunicaciones, de forma que se estimule la inversión en redes y conectividad, en lugar de penalizar este tipo de inversión, que es lo que actualmente ocurre con diversas figuras impositivas del sector. 

Uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos es la transformación digital y que la conectividad esté al alcance de todos, para lo que es necesario acometer importantes inversiones en infraestructuras. Por poner un ejemplo, harían falta 5.000 millones para acelerar 3 años el despliegue de 5G y situarlo en niveles de cobertura similares a los que tiene la tecnología 4G,  incluyendo polos industriales y logísticos, puertos, etc, más  otros 1.500 millones adicionales para que las redes ultrarrápidas lleguen a todos los rincones del Estado, incluyendo corredores y vías de transporte.  

Esta es una oportunidad única para realizar un proceso de reconversión digital de la práctica totalidad de sectores generadores de actividad económica. Es un gran reto para todos, que solo podremos afrontar con éxito profundizando en mecanismos de colaboración público-privada, que permitan al sector público aprovechar lo mejor del conocimiento y recursos del sector privado, por supuesto de modo convergente  y alineado con los intereses públicos. También debe profundizarse la colaboración público-privada en áreas cuya digitalización requiere de un especial impulso por parte de los poderes públicos como la educación, la sanidad o la Administración de Justicia.

Es responsabilidad de todos aprovechar esta oportunidad única para generar un potente ecosistema digital, dando así un paso de gigante en la necesaria transformación y competitividad de nuestra economía.

Elena Otero-Novas, directora de Legal, Regulación y Seguridad Corporativa de Vodafone España.

Alvaro Urech

Director de Innovación de Alstom España y Portugal

Más que de “Digitalización” a mí me gusta hablar de “Transformación Digital”. El reto no está tanto en digitalizar los procesos como en transformar, desde un punto de vista cultural y de gestión, nuestras compañías. El objetivo no debe ser cambiar, por poner un ejemplo, los formularios en papel por tabletas electrónicas, pero manteniendo los mismos procesos y procedimientos. El verdadero reto es replantearnos cómo desarrollamos nuestra actividad, analizar si, gracias a las nuevas tecnologías, podemos hacerlo de un modo diferente, más eficiente. Debemos cambiar la perspectiva, ajustar nuestro campo de visión, partiendo de las nuevas posibilidades que nos ofrece la llamada economía del dato.

Tanto los fondos europeos como el Plan de Recuperación de España se basan, acertadamente, en el impulso de la transformación digital como palanca para la recuperación; y en el desarrollo de una economía sostenible como objetivo compartido en todas las iniciativas. Coincidimos plenamente con este enfoque. De hecho, nuestro plan estratégico, presentado hace dos años, ya anunciaba la necesidad de impulsar la innovación para desarrollar una economía (movilidad, en nuestro caso) más sostenible e inteligente. Añadiría, eso sí, la necesidad de utilizar estos fondos de forma también inteligente, equilibrando proyectos de futuro y realidades de presente. Debemos apostar tanto por iniciativas ambiciosas a largo plazo como por proyectos más inmediatos que generen riqueza y empleo a corto plazo.

Alvaro Urech, director de Innovación de Alstom España y Portugal.

Nacho Esteban

Fundador de 24Genetics

En un informe de junio de 2019, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) destacaba que para que España mejorase sus proyectos de I+D+i era necesario avanzar en la colaboración público y privada. Y reclamaba, en concreto, que en el área de salud se impulsara la colaboración “en la etapa doctoral y post-doctoral  con las pymes y startups”.

Desde 24Genetics somos conscientes de que en España se hace una investigación básica de alta calidad, pero, como país, encontramos dificultades para convertir esta investigación en productos y servicios innovadores. Un paso necesario para ganar en agilidad y abrir la puerta a nuevas ideas es la “desburocratización de los procesos” y romper los “corralitos” para que la colaboración entre el sector público y el privado no se limite a las grandes empresas, sino se democratice y se abra también a nuevos “players” que incorporan planteamientos innovadores. Las consecuencias de esta apertura sería el desarrollo de un nuevo modelo de ”I+D+i” más ágil y con capacidad para amplificar el impacto de la investigación básica en España.

Nacho Esteban, fundador de 24Genetics.

Cristina del Campo

Directora general de AINIA

En mi opinión, el mayor reto, y no sólo para el sector público sino también para el privado es crear cultura digital, entendida como una nueva forma de ser y actuar que tiene como vector del cambio “pensar en digital”. En AINIA solemos conceptualizarlo con la expresión Digital First, que inspira a nuestros colaboradores acerca del cambio que impulsamos. Las sociedades alineadas con esta visión son capaces de identificar el valor que aportan las nuevas tecnologías, y encuentran en la disrupción la piedra angular de su transformación.

Sin embargo, crear cultura digital exige clarificar cuestiones de base que a menudo pasan desapercibidas. Resulta llamativo que, al hablar de transformación digital, automáticamente nuestra mirada apunte hacia el concepto “digital”, cuando paradójicamente lo importante es poner el acento en la “transformación”. O incluso observar cómo dicho paradigma se confunde con la digitalización, cuando representan realidades distintas que necesitan de estrategias particulares. Sin un entendimiento del contexto resulta difícil crear esta nueva cultura que está en la base del crecimiento de la economía digital, así que es otro de los retos que tenemos ante nosotros: primero entender, segundo creer y tercero impulsar.

Administraciones y gobiernos han asumido su responsabilidad como catalizadores del cambio, y prueba de ello son las 10 iniciativas del plan España Digital 2025, que prestan especial atención a la diversidad del tejido empresarial español. La apuesta por tecnologías disruptivas (IA), competencias digitales, ciberseguridad o la digitalización de sectores estratégicos, son algunas de las actuaciones descritas en esta hoja de ruta que considero de gran interés, pero que exigen del desarrollo de nuevos modelos de colaboración con agentes clave en materia de innovación. Los centros tecnológicos, universidades, startups y clusters empresariales, representan entidades que aportan conocimiento y rigor, garantizando el desarrollo de proyectos digitales de valor real para las empresas, que contribuyen al desarrollo sostenible de la economía digital.

Por otro lado, todavía es pronto para valorar la distribución a 5 años vista de los 140.000 millones de euros destinados al plan España Digital 2025, pero sí podemos evaluar dos hechos: primero, la magnitud como fiel reflejo de su importancia en la recuperación económica de nuestro país, y segundo, a nivel más cortoplacista, su presupuesto 2021: 3.750 millones repartidos en las 10 iniciativas citadas. De ellas, el fomento de competencias digitales adquiere máxima relevancia con 1.097 millones, lo cual resulta razonable en un país con un 99% de pymes y autónomos con madurez digital débil. Este esfuerzo, sin embargo, debería venir acompañado de una mayor inversión en digitalización de empresas (418 millones), Inteligencia artificial (330 millones) o digitalización de sectores estratégicos (315 millones), pues representan las iniciativas con mayor capacidad para acelerar el cambio y generar resultados en el corto plazo, aspectos esenciales dada la coyuntura económica actual.

Cristina del Campo, directora general de AINIA.

Cyrille Thivat

CEO de Telecoming

La transformación digital estará impulsada por las organizaciones públicas y privadas, pero será consolidada por el conjunto de la sociedad. Para eso debemos estar comprometidos con el desarrollo de tecnologías que incluyan a todos los perfiles de usuarios en esta transición digital.

Los métodos de pago no estamos exentos de esa responsabilidad. Tenemos que promover tecnologías como el pago operador o DCB que no dejan fuera de la digitalización a ningún colectivo. El apoyo de los operadores de telecomunicaciones será clave para que toda la sociedad pueda pagar con su dispositivo móvil, tenga o no tenga una tarjeta bancaria. 

El 2020 ha impulsado el pago móvil hasta límites insospechados y  esta vez la regulación nos acompaña. Lejos de ser una barrera, ya estaba preparada para la digitalización de nuevas industrias como el transporte o el parking. La incorporación progresiva de los pagos móviles a nuevos sectores de actividad es clave para vivir en una sociedad verdaderamente digital. 

Cyrille Thivat, CEO de Telecoming.

Marta Alberdi

Customer Care Manager en España de I-care

Actualmente existen varios programas de apoyo público a la digitalización, en el caso de I-care nos enfocamos en los dirigidos a industria. Es complicado conocer cuál interesa a cada empresa debido a la diversidad de propuestas y organismos involucrados, tanto a nivel local, como autonómico y estatal. Sería interesante que las administraciones emplearan recursos en coordinar y dar difusión a estos programas para que sean accesibles a mayor número de empresas y, como consecuencia, mejorar el nivel de las propuestas gracias a un mayor número de participantes. Tenemos que ver la digitalización en nuestra industria occidental como una línea obligatoria para nuestra supervivencia en un entorno global tan competitivo.   

Cualquier ayuda destinada a la Industria permitirá ampliar recursos y ser más rápidos en el desarrollo de sistemas que permitan mejorar el trabajo de campo, automatizar aquellas tareas que supongan un riesgo para los empleados  y predecir posibles fallos con más antelación, lo que incrementaría la calidad del trabajo a realizar y un ahorro de costes considerable. En el caso de I-care invertimos un alto porcentaje de nuestros beneficios en I+D con el objetivo de poder ofrecer a nuestros clientes los mejores productos y servicios y acompañarlos en su camino hacia la digitalización. Ser el primero en el mercado es un factor clave en este entorno tan cambiante, por lo que el apoyo de las administraciones de las regiones hace que algunas se sitúen a la cabeza en desarrollos tecnológicos. No hay que inventar nada a este respecto, únicamente tomemos nota del trabajo bien hecho. 

Marta Alberdi, 'customer care manager' en España de I-care.

Javier Mateos

CEO de ZITY

En España solemos asociar la administración pública con la eficacia en determinados sectores, como el sanitario por poner un ejemplo, pero con un común denominador a todas las administraciones y servicios públicos: la ineficiencia. Excesivas trabas burocráticas, procesos interminables para concesión de licencias y permisos de operación, licitaciones que no acaban de ver la luz por tener la necesidad de romper con los servicios preestablecidos o sobre costes y/o limitaciones en las contrataciones por uno u otro motivo. Todo ello es consecuencia del sistema actual de gobierno y administración excesivamente multidistribuido, ineficiente y obsoleto. 

La digitalización de procesos es una oportunidad de oro para un país como España. Es la excusa perfecta para iniciar una nueva etapa, y probablemente la situación de pandemia actual pueda ser el detonante del cambio que es necesario afrontar desde hace años. No supimos aprovechar la oportunidad con la crisis de más de 10 años sufrida desde 2008, y sería muy bueno para España si fuéramos capaces de aprovechar la oportunidad que nos brinda la Covid-19. Gracias a las lógicas limitaciones asociadas a una situación insólita como la vivida este año, hemos sido capaces de dar el impulso más importante jamás dado a temas tan relevantes como la digitalización de empresas y administraciones, el teletrabajo, el uso de las nuevas tecnologías para la conexión regular de los distintos grupos de trabajo, etc. Las decisiones a tomar, son claras: aprovechemos el camino andado hasta la fecha, potenciémoslo, regulémoslo para que no dependa de la buena voluntad de algunos y añadamos las capas de seguridad legal necesarias para que no existan vacíos legales que pongan en riesgo estos avances.

Todos los sectores productivos de España están ávidos de dinero para cubrir necesidades derivadas de la pandemia. La actual es una situación crítica y, debido a la composición del tejido empresarial español, la situación es mucho más delicada que la que podemos tener en Francia o Alemania. En nuestro caso, estamos mucho más expuestos a las pymes, y estas son mucho más débiles que las grandes empresas. La digitalización de las empresas también es una gran oportunidad de desarrollo para estos negocios. Debemos ganar eficiencia e internacionalización, y los procesos digitales ayudan a conseguirlo.

Pero también es necesario adaptarnos a las nuevas necesidades de digitalización de nuestros negocios, debido a las oportunidades y obligaciones derivadas de la pandemia. Los fondos europeos deben ayudar y permitir este giro necesario para todos, así como permitir la supervivencia de muchas empresas que están al borde del precipicio. Si hay capacidad de adaptarse pero no hay los recursos necesario para ello, las empresas caerán y con ellas el empleo y la economía global. Es necesario hacer crecer a nuestras empresas para garantizar tanto su supervivencia en la situación actual, como su viabilidad a medio plazo aun en escenarios tan adversos como el vivido en este 2020.

Javier Mateos, CEO de ZITY.

Pedro Fernández

Director General del Grupo QDQ

Se viene hablando desde hace tiempo de la necesidad de un cambio de modelo económico en España, la crisis de la Covid-19 ha demostrado la fragilidad de un modelo que depende en gran medida de sectores de actividad donde la exposición es muy alta, como puede ser el turismo. El gobierno y las administraciones deben apostar decididamente por sectores con fuerte componente de innovación, entre los que se encuentran las empresas de servicios entorno a la digitalización. Para ello es necesario crear las condiciones necesarias para que los emprendedores y las start-ups apuesten decididamente por lanzar proyectos en nuestro país. Afortunadamente podemos contar con una base de trabajadores cualificados y preparados para el reto, pero sobre todo necesitan que las empresas que deben liderar este cambio se vean respaldadas y apoyadas, en todos los sentidos.

Creo que las administraciones deben actuar como facilitadores del proceso, en muchas ocasiones las ayudas no llegan por la complejidad de acceso o por puro desconocimiento. En este sentido, creo que involucrar activamente a organizaciones cercanas al mundo empresarial y emprendedor como pueden ser las cámaras de comercio, las asociaciones de autónomos y emprendedores, pero también a las administraciones locales es fundamental para conseguir una mayor repercusión e impacto de las medidas. Es el momento propicio para empezar este cambio, pero va a requerir mucho esfuerzo y sobre todo la involucración de todos los agentes.

Pedro Fernández, director general del Grupo QDQ.

César Tello

Director general de CRE100DO

Ha quedado más que demostrado el valor crítico de la tecnología; más en un contexto de excepcionalidad como el que nos ha tocado vivir a raíz de la Covid-19. Por ello, si antes ya era evidente, ahora más que nunca es clave que aceleremos la digitalización de nuestras empresas en todas aquellas áreas en las que todavía estábamos mirando a medio plazo. Solo anticipándonos, con agilidad y eficiencia, seremos capaces de estar preparados ante lo que pueda llegar, ante las situaciones más inesperadas.

En este sentido, y para avanzar en este aspecto, el apoyo del sector público es esencial, el cual, además, debe ser equitativo según las necesidades de las empresas. La administración pública y las instituciones deben poner el foco en acompañar a las empresas del middle market (aquellas que facturan entre 50 y 300 millones de euros), que han demostrado grandes capacidades para contribuir al tejido productivo en el ámbito de la innovación y la digitalización, para incrementar su competitividad y sostenibilidad y, al mismo tiempo, incentivar la colaboración entre sector público y empresas para facilitar su desarrollo tecnológico.

En relación con la inversión de los fondos europeos, considero que parte de ellos deberían dedicarse a fomentar nuevos programas de apoyo a empresas para facilitar el acceso de estas a la innovación tecnológica. Sería conveniente la identificación de estas necesidades para definir acciones concretas en cada uno de los sectores de actividad, así como incentivar las sinergias entre ellas. CRE100DO quiere acompañar a su comunidad de empresas excelentes a pensar en macroproyectos tractores que nazcan de la necesidad de transformación de las compañías en la que estos momentos nos encontramos inmersos.

Las empresas del middle market deberían tener un papel importante en el destino de estos fondos. De hecho, mientras que las empresas de gran tamaño contribuyen al crecimiento y a la estabilidad económica de un país, las compañías de este segmento ejercen de efecto tractor para las pequeñas. Por ello, necesitamos más empresas medianas y grandes. Las empresas medianas españolas son sólo el 0,6% del total, frente al 99,3% de pequeñas y el 0,1% de grandes, ratios bastante diferentes a los de Alemania, que cuenta con una proporción cuatro veces superior de empresas medianas (2,5%) y cinco veces de compañías grandes (0,5%).

César Tello, director general de CRE100DO.

***Mañana continuará la publicación con otras diez reflexiones de "Los 100 líderes de D+I"

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