El "Lehman Brothers" chino. Un evento que desestabilizará toda la economía china (casi nada). Sus efectos provocarán un impacto muy negativo en los mercados occidentales. No se puede descontar que no haya un efecto contagio en otros sectores y en otros países…

Estos son frases reales que se podían leer en distintos medios hace menos de una semana. En aquel momento, los principales índices de renta variable occidentales ya habían recuperado las caídas o estaban en vías de cerrar una V casi perfecta. Estos descensos fueron importantes, podríamos decir violentos, en algunos momentos del lunes 20, tanto en Europa como en Estados Unidos. Las caídas llegaron a superar el 4% con el índice de volatilidad VIX anotándose alzas de un 55% (28 puntos) esa misma jornada. El parte de daños de una jornada turbulenta en los mercados.

Pero, ¿por qué hemos vivido esto cuando el efecto contagio es absolutamente limitado? ¿Por qué la volatilidad pasa de 18 a 28 cuando ni en China se ha visto un impacto importante y negativo de Evergrande? Porque muchos agentes del mercado están deseosos de encontrar razones para pinchar lo que ellos denominan una burbuja, un crecimiento en bolsa sin fin.

Más de un analista está buscando argumentos para vender. Y Evergrande parecía la excusa perfecta

No voy a negar que los efectos en China hayan sido negativos y seguirán siéndolo –no olvidemos, no obstante, que Evergrande entra en problemas por un cambio gubernamental en cuanto al apalancamiento que las empresas pueden tener que acaba derivando en una crisis de liquidez. Pero, de un tiempo a esta parte, y con índices de renta variable subiendo más de un 18% en lo que va de año, tampoco se puede obviar que más de un analista está buscando argumentos para vender. Y Evergrande parecía la excusa perfecta.

Pero no. Hace falta algo más sólido que eso. Catalizador o catalizadores que hagan cambiar el sentimiento, las valoraciones y/o el curso de los mercados financieros.

Uno puede tener todas las dudas que crea, convincentes o no, sobre la base que tienen los mercados hoy para seguir enlanzando récord tras récord. Y muchas de esas dudas tendrán mucho sentido. Pero, ¿se observan catalizadores que permitan ver un cambio en la tendencia?

Mi respuesta es no. Evergrande no lo es. Que la Reserva Federal potencialmente anuncie la reducción de su programa de estímulos es todo lo contrario, un catalizador positivo más; la inflación desmedida que algunos vaticinaban tampoco lo fue; que el crecimiento o recuperación económica en China vaya a ser algo menor de lo esperado – el banco de inversión Nomura reducía la semana pasada su proyección de crecimiento para este año del 8,2% al 7,7%, por mucho que algunos propugnen un "parón" de la economía china, tampoco parece que lo sea.

Si quieren apostar con alguien cual será el siguiente conato de psicosis bursátil, yo les doy una opción para esta semana: falta de acuerdo en el techo de gasto en EE.UU.

Y cuando nos hayamos olvidado de Evergrande y lo confundamos con Evergreen (eso era en el canal de Suez y fue hace algunos ciclos de noticias más), vendrán otras noticias tremendamente negativas que, ahora sí, esta vez sí, harán que se pare este ciclo alcista… ¿por unas horas?

Si quieren apostar con alguien cual será el siguiente conato de psicosis bursátil, yo les doy una opción para esta semana: falta de acuerdo en el techo de gasto en EE.UU. Lo bueno que tiene esta es que los agoreros no tienen que construir nuevas frases punzantes y amenazantes: con desempolvar las que ya utilizaron en todos los años recientes en los que el techo de gasto parecía llevarse al traste el crecimiento económico, irán servidos.

Resumiendo: no se crean todo lo que se dice. Si no hay catalizadores reales en el corto/medio plazo, ¿por qué cambiar nuestra estrategia?

*** Gonzalo Pradas es director de Openbank Wealth.