Málaga

En mayo de 1972, en pleno desarrollo de la Costa del Sol, abría sus puertas uno de los iconos del turismo es Málaga: el parque de atracciones Tívoli World. Una familia danesa, los Olsen, ponía en marcha una iniciativa en la que se invirtieron seis millones de euros (1.000 millones de pesetas). Además de sol y playa, la costa malagueña contaba con otro referente de diversión.

Igual que llegó con la alegría de la inversión tardofranquista, la crisis inmobiliaria de principio de este siglo comenzó a arrebatarlo. El empresario cordobés Rafael Gómez, 'Sandokán', lo compró en 2004, cuando la ola del pelotazo se expandía por toda la costa española.

A Gómez le arrolló el caso Malaya: fue detenido en 2006 por pagar mordidas al factótum de la corrupción marbellí, Juan Antonio Roca. Después de salir de la cárcel, en 2007, firmó la venta de Tívoli a la promotora Tremón. El parque entraba dentro de un paquete de propiedades por valor de más de 380 millones de euros. Buscaba liquidez para hacer frente a las acciones judiciales que tenía por delante.

En su última condena, en 2017, se le acusó de delitos contra la Hacienda Pública y se le impuso una multa de más de 100 millones de euros. Sus cuatro hijos, sin embargo, quedaron absueltos. En plena polémica por la supervivencia del parque, hace una semana compareció en la puerta de Tívoli.

Rafael Gómez, 'Sandokán', con dos de sus hijos en Tívoli. EuropaPress

"Tremón jamás pagó su compra", afirmó 'Sandokán' hace unos días. Por eso sigue considerándose dueño. El precio que pusieron al parque fue de 25 millones, pero desde 2007 "me deben 17 millones y encima dicen que Tívoli es suyo", espetó Gómez. "Yo lo abriría en unos días", retó.

'Sandokán' quiere volver a los mandos del parque: "No podemos dejar morir a Tívoli". Pero para que el empresario cordobés pudiera ponerse al frente, el Tribunal Supremo debería fallar a su favor y devolverle la propiedad. 

"Las puertas de Tívoli deben permanecer abiertas porque el parque representa el corazón y el alma del turismo familiar de la Costa del Sol", añadió el empresario.

"El parque lleva quince años sin ninguna inversión y en total decadencia", afirma el alcalde de Benalmádena, el socialista Víctor Navas. Por Tívoli, asegura, han pasado más de 35 millones de personas en estos casi 50 años y este verano podría ser el primero en que no abriese. 

"El año pasado, en dos meses abierto y con la crisis de la Covid-19, el administrador concursal demostró que Tívoli puede sostener sus gastos operativos", indica Navas. La empresa entró en concurso el pasado 2020. Sin embargo, la empresa arrastra más de 11 millones de euros de deuda, de los que 9,5 son con la Administración Pública. 

Peligro de 'pelotazo'

Este martes, en la comisión de Turismo del Parlamento andaluz, el portavoz de Adelante, Guzmán Ahumada, presentaba una pregunta sobre la situación del parque: "No vamos a permitir que se especule con esos terrenos y con los trabajadores de Tívoli", advertía Ahumada.

El vicepresidente de la Junta y consejero de Turismo, Juan Marín, respondía: "Como todos los andaluces, yo he ido a Tívoli con mis hijos. Es una seña de identidad de la Costa del Sol, pero no podemos hacer nada sin un plan de viabilidad que estamos esperando".

La alerta ante un posible pelotazo urbanístico se lleva cerniéndose sobre esos terrenos desde el día en que 'Sandokán' los compró. Más recientemente, el alcalde de Benalmádena pedía a la Junta que dotara a Tívoli de "la máxima protección urbanística". Ha sido Navas el que ha exigido a la Diputación y a la Junta que se involucren. Las dos instituciones han tendido la mano para evitar que las negociaciones acaben en vía muerta. 

Escenario histórico

Uno de los mayores atractivos de Tívoli World eran sus espectáculos. Por el auditorio al aire libre han pasado artistas de talla internacional. Antonio Machín o James Brown dejaron galas históricas en décadas pasadas. Artistas nacionales como Julio Iglesias, Lola Flores, Raphael, Alejandro Sanz, Montserrat Caballé o Isabel Pantoja han llenado las gradas.

El parque de atracciones Tívoli ha sido durante décadas una visita obligada de las familias que veraneaban en la Costa del Sol. En los últimos años, la calidad de las atracciones y los espectáculos había ido decayendo, pero a pesar de todo, los números cuadraban. Casi medio millón de visitantes por temporada

En las últimas semanas, la posibilidad de un cierre definitivo de Tívoli aparece de una forma recurrente. El principal escollo para la viabilidad es que no existe una referencia clara en la propiedad. La lucha en los juzgados entre Tremón y 'Sandokán' está haciendo que la agonía de este icono del turismo costasoleño se alargue.

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