Para un escritor primerizo, enviar su manuscrito a una editorial puede ser como para un náufrago lanzar al mar un mensaje dentro de una botella, especialmente si no tiene contactos dentro del mundillo. Por eso en la última década ha cobrado fuerza la autopublicación, y en concreto Amazon ha ido poniendo las cosas cada vez más fáciles a los autores a través de Kindle Direct Publishing (KDP). Lo que comenzó siendo una plataforma de autopublicación de eBooks hoy ofrece también la posibilidad de poner a la venta un libro en papel, tanto en tapa blanda como dura. Todo sin ningún tipo de desembolso previo por parte del autor. Además, organiza el Premio Literario Amazon Storyteller, que supone un impulso adicional para sus ganadores y finalistas, así como visibilidad extra para todas las obras participantes.

Algunos autores ven la autopublicación como un escaparate desde el que llamar la atención de las editoriales, para otros se trata de la mejor manera de llegar a lectores de todo el mundo de una manera directa y sin barreras geográficas, y otros se quedan en KDP por su transparencia y la garantía de tener en todo momento el control total sobre la obra y la monitorización de las ventas en tiempo real.

Otro dato importante a tener en cuenta: en el mundo editorial tradicional, los autores se llevan un 10 % del precio de venta de cada libro. En KDP, en el caso de los libros digitales, el porcentaje asciende al 70 %, y si la obra está también disponible en Kindle Unlimited (la tarifa plana de Kindle que permite que el lector acceda a más de 1 millón de títulos desde cualquier dispositivo), se le paga una comisión por cada página leída por los suscriptores. En el caso de los libros impresos, los autores reciben un 60 % del precio de venta una vez descontados los costes de impresión de los ejemplares, que se fabrican uno a uno bajo demanda.

Estar bajo el ala de una editorial garantiza (aunque no siempre) que tu libro se distribuirá en librerías y que contará, en mayor o menor medida, con inversión publicitaria y más posibilidades de aparecer en los medios de comunicación. No obstante, Amazon también ofrece herramientas a los autores para hacer campañas de marketing.

Casos de éxito: de Pitágoras a la Patagonia

Uno de los autores de mayor éxito en Amazon es Marcos Chicot, autor de la trilogía compuesta por El asesinato de Pitágoras, El asesinato de Sócrates y El asesinato de Platón, en la que realiza una original mezcla de thriller, novela histórica y divulgación filosófica, siendo hasta la fecha la saga de libros más vendida de KDP.

Chicot es lo que, en el ámbito de la autopublicación se conoce como “autor híbrido”, ya que tiene algunas obras autopublicadas con KDP y otras con una editorial tradicional, en su caso Planeta, desde que en 2016 quedó finalista del Premio Planeta con El asesinato de Sócrates.

Detrás del éxito de Chicot hay una historia extraordinaria. Cuando nació su hija Lucía, con síndrome de Down, decidió dejar su profesión para dedicarse por completo a su vocación literaria, con el objetivo de garantizar su futuro económico... Sin duda, una maniobra sumamente arriesgada —él mismo la considera “una temeridad”— teniendo en cuenta lo difícil que es vivir, y menos aun desahogadamente, de la literatura. Por suerte le salió bien la jugada. “Sabía que tenía una historia con mucho potencial y el oficio para intentar desarrollarla. Tardé tres años en escribirla, pero me quedó redonda. En ese momento contemplé para darla a conocer las tres vías de siempre: editoriales, premios y agentes literarios, pero también leía lo que estaban haciendo algunos gurús de la autopublicación en Estados Unidos. Al principio era una cosa minoritaria, cuando yo acabé de escribir la novela era algo pequeñísimo. Si lo que quería era llegar al mayor número posible de lectores, debía conseguir que una editorial me apoyara. Quería llegar al papel como fuera”.

Con aquella novela, Chicot quedó el cuarto finalista del Premio Planeta y tenía la esperanza de que la editorial decidiera publicar su libro, pero aún inmersos en la crisis de 2008, la cosa no cuajó. Fue entonces cuando decidió probar con la autopublicación digital en KDP. Poco a poco los lectores fueron respondiendo y llegó al número uno de los libros electrónicos más vendidos de Amazon, llamando la atención de varias editoriales. Las primeras ofertas le llegaron, curiosamente, de Corea, de Polonia, de Grecia, de Turquía... Finalmente llegó la de una editorial que apostó fuerte por él y publicó la obra en España e Italia.

Control total sobre la obra

Cuando Chicot iba buscando dar el salto a una editorial, la autopublicación aún no tenía la fuerza ni la dimensión que hoy tiene. Entre las ventajas que ofrece este método, Chicot destaca el control total sobre la obra y conocer en tiempo real cuántos libros se venden y cuántos ingresos tendrá cuando se haga la liquidación de sus derechos a final de mes, algo que no ocurre en el mercado editorial tradicional. Otra ventaja es que las obras nunca quedan descatalogadas. “Con cada nueva novela que publico, vuelvo a vender muchos ejemplares de las anteriores”, afirma.

En cuanto al prestigio de los autores autopublicados, Chicot opina que el filtro de una editorial tradicional es una garantía de calidad, pero también lo son las valoraciones de los lectores en el caso de los autores de KDP. “Entre los más vendidos de Amazon podemos fiarnos de que ahí hay calidad. Obviamente, en el puesto 270.000 lo más probable es que haya un libro que no tiene ningún atractivo y nunca habría sido publicado por una editorial, o quizá sea una maravilla que aún nadie ha descubierto”.

La actriz y escritora Lorena Franco es otra veterana de KDP. En 2016 fue finalista del Premio Literario Amazon con La viajera del tiempo y desde entonces ha publicado 18 títulos en la plataforma, escritos antes y después de aquel. Hoy es también una autora híbrida: algunas obras están exclusivamente en KDP y otras las ha publicado con Ediciones B, La Esfera de los Libros y este 2021 ha publicado su segunda novela con Planeta, Todos buscan a Nora Roy. “Mucha gente tiene la idea equivocada de que los escritores que se autopublican han sido rechazados por editoriales y no es cierto. La mayoría lo deciden porque les parece la mejor opción, y también fue mi caso”.

“Estar en Amazon te da seguridad y estabilidad porque ves tus ventas diarias. También es el sistema perfecto para autores muy prolíficos como yo o para quienes tienen varias novelas en un cajón”, opina Franco. “Además, si Amazon se fija en ti puedes tener ventajas especiales. Es muy factible vivir de la literatura publicando con ellos”, concluye.

Una de las autoras más veteranas de Amazon es Almudena Navarro. Publicó su primer libro a través de KDP en 2011, cuando Amazon acababa de llegar a España. Hasta entonces no había escrito nada. “Tuve una crisis personal con mis hijas, que nacieron prematuras. Estaba completamente dedicada a ellas y, como siempre había querido escribir un libro, decidí hacerlo entonces y dedicárselo a una de ellas, que corría mucho peligro. Me vino de golpe toda la inspiración que no había tenido en mi vida”. Así fue como vio la luz La papeleta en blanco, una novela histórica costumbrista ambientada en la Segunda República. “No sabía muy bien qué hacer con la novela porque no tenía ningún contacto en el mundo literario, así que la subí a Amazon, simplemente por la ilusión de tener un libro publicado”. Las ventas del libro fueron muy bien y la editorial Roca la contactó y publicó su novela a nivel nacional, corrigiendo algunas cosas y cambiando el título por el de La alcoba escondida. Pasaron los seis años de cesión de derechos y ahora Navarro ha vuelto a KDP. “Me va mejor en Amazon, quizá porque mi público está ahí o porque me siento más cómoda teniendo el control total de la novela”, señala la autora de otros títulos como La Alejandría olvidada y Aroma de Azafrán.

Cristian Perfumo, residente en Barcelona, ha forjado su carrera literaria a base de novelas negras ambientadas en su Patagonia natal. Empezó autopublicándose cuando vivía en Australia. Corría el año 2011. “En aquel momento las editoriales no solían aceptar manuscritos por correo electrónico, no conocía a nadie en el mundo editorial y vivía en la otra punta del mundo. Envié algunos mails a direcciones genéricas de unas cuantas editoriales pero no recibí respuesta”, relata el autor. 

“Poco a poco me fui enterando de que la autopublicación, que es un fenómeno tan viejo como los libros, estaba resurgiendo, especialmente en Estados Unidos, que en estas cuestiones siempre lleva un par de años de ventaja al resto de países. Allí había algunos escritores con mucho talento y muchísima suerte a los que les iba muy bien”, recuerda Perfumo. Así fue como se lanzó a publicar El secreto sumergido a través de KDP. “No tenía ninguna expectativa. Como la novela está basada en una historia real de mi pueblo, Puerto Deseado, pensé que le interesaría solamente a mi familia y a mis amigos”. Pero no fue así, las ventas empezaron por goteo y poco a poco fueron creciendo de manera exponencial. “Es increíble pulsar un botón y que tu libro esté disponible en todo el mundo sin barreras geográficas”, asegura. “Recuerdo cuando empezaron a contactarme los primeros lectores. Uno de ellos era un español que vivía en San Petersburgo y otro un trabajador de una plataforma petrolífera en Noruega”. 

Hoy Cristian Perfumo lleva miles de ejemplares vendidos. Además, en 2017 ganó el Amazon Storyteller con uno de sus libros posteriores, El coleccionista de flechas, y acaba de publicar el último, Rescate gris, con Suma de Letras, la misma editorial que también ha fichado a otros autores que empezaron autopublicándose en Amazon y que hoy copan los primeros puestos de las listas con cada nueva novela, como Javier Castillo.

La profesionalización de los escritores autopublicados

Autopublicarse un libro lleva mucho trabajo asociado, más allá de la escritura. En los últimos años, los autores se han ido profesionalizando a medida que lo ha hecho el mundo de la autopublicación. A Chicot, perfeccionista hasta el extremo, le gusta tener el control de cada detalle de sus obras. Se convirtió en un experto en corrección, maquetación y diseño de portadas. “En esto soy un bicho raro, me lo dicen otros escritores”, reconoce.

Lo normal es invertir dinero en contratar a profesionales de la maquetación y la corrección. “Al principio lo hacía yo todo, pero desde 2018 dejo estas cuestiones en manos de profesionales, porque no podía abarcarlo todo”, explica Franco. Por su parte, Navarro reconoce que al principio prescindió de correctores y diseñadores profesionales hasta que fue consciente de su importancia. “Cuando me di cuenta del error que había cometido al subir mi primer libro sin maquetar lo pasé fatal”, recuerda. Ahora externaliza estas tareas, pero de momento mantiene a su cargo la promoción de los libros en campañas de publicidad en redes sociales. Por otra parte, considera que “KDP es el mejor máster para escritores. No sabes lo que es subir una novela y recibir críticas malas, pero hay que tomárselo como un proceso de aprendizaje. No todas las ideas pueden ser siempre buenas”.

“Si quieres profesionalizarte, tienes que hacerlo bien y contratar correctores y diseñadores. Son grandes profesionales que además son la misma gente que trabaja para las editoriales”, afirma Fernando Gamboa, otro de los grandes autores de Amazon y uno de los miembros del jurado del Premio Literario Amazon Storyteller. “Al principio no tenía dinero ni para comer. Hacía las portadas con Photoshop y tiraba de amigos para las correcciones. No tenía ni idea de nada, iba a ciegas. No pasa nada por empezar así, pero lo ideal es hacer esa inversión, que puede rondar los 2.000 euros. Por otra parte, la maquetación en KDP es fácil y muy intuitiva, puedes hacerla tú mismo”, opina este aventurero nato que ha recorrido medio mundo.

Después de exponerse a todo tipo de situaciones peligrosas, lo que incluye perderse en la selva, tener una pistola pegada a la sien y verse acechado por tiburones, Gamboa sufrió una grave lesión de espalda que lo obligó a cambiar drásticamente de vida. De pronto se encontró sin dinero, recién divorciado y de vuelta en casa de sus padres. Con un futuro nada halagüeño por delante, se lanzó a escribir una novela de aventuras inspiradas en las suyas. “Hasta entonces no había escrito más que la carta a los reyes magos, y cuando acabé de escribirla no tenía dinero ni para hacer fotocopias del manuscrito”, reconoce. Aun así, llevó una de ellas a una agencia literaria y enseguida le ofrecieron un contrato de representación. Lo siguiente fue fichar por El Andén, una editorial recién creada que acabó quebrando en 2008, como muchas otras, por culpa de la crisis. Antes de hacerlo, consiguió que el libro de Gamboa se vendiera muy bien, dentro y fuera de España, especialmente en Rusia. 

“Me emocioné y seguí escribiendo, pero las editoriales solo querían contratar valores seguros. Viví un subidón inesperado y luego un gran bajón. Fui acumulando novelas dentro del cajón. En 2011 estaba de nuevo con una mano delante y otra detrás hasta que descubrí que Amazon y KDP habían llegado a España, y al mismo tiempo leía que algunos autores americanos habían conseguido vender 200.000 ejemplares a través de esta alternativa a la publicación tradicional”. Desde entonces, Gamboa ha publicado todas sus novelas posteriores en Amazon, alcanzando siempre los primeros puestos, menos la última, Redención, que publica Suma. “Ellos editan la versión impresa y yo me he quedado con los derechos digitales. Esta vez he querido probar con una editorial porque me hace gracia ver mi libro en librerías, aun sabiendo que voy a tener menos beneficio, porque ya he comprobado que gano más con KDP que con una editorial tradicional”. Hoy Gamboa vive, y muy bien, de las ventas de sus libros, que se cuentan por centenares de miles. Tanto que está a punto de hacer realidad uno de sus grandes sueños: comprarse un velero.