Y los veinte poemas finalistas son:

Frida Roffe

Cuando las estrellas escurren

tu senda de espinas se humedece

y amasa el lodo que apaga la luz.

Selene

Nuestros cráneos deshilvanados

nacieron en la curva áspid de las norias

sedientos paraísos reencarnando lagartijas borrachas de luz.

almendra vertis

Un caballo nervioso se llevó todos los deseos.

En su lomo un costal hilado con jazmines,

perdió el camino en el laberinto del parnaso.

Marta

Recojo cada abrazo marchito,

tesoros entre tus sueños y mis lágrimas.

Ya no quedan aldabas en las nubes

Ana Marìa

Con su cola de humo

el pasado

escupe su voz.

Ardis

En ese esqueleto de manzana herida

descuartizada por una bandada de grullas

encuentran los gusanos su paraíso.

Susana Bellido

En aquel columpio las cadenas trenzan

lenguas ya desnudas en la rama que arde

mi costilla al eje huésped de tus alas.

Gélido Addams

Fue en el desván donde dejé todos mis cadáveres

los que diseccionaba cuando la nostalgia mostraba

el punto más oculto del iceberg.

Mari Carmen Pavón

Confirmo que las promesas,

que nos hicimos, se han convertido

en genuinas partículas de energía.

Mafaldo

Cigüeñas con nidos de mármol

paralelos anclados en mapas ciegos

la lluvia tiene sed.

Gambela

Ahora que son gaviotas mis brazos

no sostienen bengalas de certeza.

Luces lúgubres hieren los despojos.

Edus

Se enredan bajo las espigas

serpientes embriagadas

en la tierra mortecina

Clementina Vidal

Ya no se enredarán los árboles

al cuello de la noche

en ningún razonable desierto.

María José Viz Blanco

Era un bosque de alma quemada,

de pájaros mudos de espanto.

La vida regresó al modo en espera.

Steps

Sin la brújula de la infancia,

me perdí en un fantasmal bosque

huérfano de árboles abrazando hogares de madera.

Islandés

Dríadas vagan por desiertos sin oasis

como fantasmas ebrios

buscando bosques no talados.

Petricor

Esculpí de musgo los bordes del camino

en la umbría del eco de mi destierro

el sol adivina que no retornaré.

Lorenzo Lotto

Y ver llorar al hombre

Que niño dibujaba

Sobre la promesa de su voz

Eliseo

¿Pegar las astillas de sus huesos?

Nada detiene su erosión

De cariátide en el ocaso.

Rosalía Ajamil Sánchez

Sus pupilas disparan fotos veladas,

sus párpados caen en telones de acero,

y en su memoria cuelga una telaraña.

Tema de la semana que viene: “Cines abandonados”.