Hola, amigos. 

He vuelto a practicar el deporte de mi adolescencia: el ajedrez. Soy malo a rabiar, pero me producen fascinación ese tablero, esas piezas, esa articulación matemática del juego y sus movimientos. Y no, no he visto Gámbito de dama (aún). Enfrentarse a un rival es enfrentarse a una personalidad: hay contrincantes audaces, los hay timoratos, los hay nobles, los hay tramposos, los hay creativos, los hay bodoques, previsibles y sosos, los hay para todos los gustos y de todos los colores, y el ajedrez online te los lleva a casa. ¡Larga vida al ajedrez! Escribamos sobre el más noble y sano de los deportes a partir de la semana que viene. 

Veamos, entretanto, quiénes son los finalistas de la semana dedicada a la normalidad: 

El acabose 

Solían excluirlo por saltarse las normas, pero cuando todo se derrumbó y nadie supo qué hacer, se convirtió en fuente de inspiración.

secahe 

Después de tres años rompió con su amante. Ese día, al llegar a casa, su marido le dijo que la notaba rara.

Edizagoy 

Fueron desnudándose entre besos y apretones, y al ver por fin el sexo de su pareja, él supo que iba a vivir una experiencia anormal.

Fulham 

Se presentó, de improviso, para buscar a su padre: incinerador, y lo encontró trabajando. “¿Los gritos son normales, papá?”, preguntó.

gpm 

Era el primer lobo que pisaba la Luna. Miró al cielo, vio la Tierra llena y se transformó en un hombre.

miguel_a_molina 

Su primer juguete fue un rifle de plástico. A los trece era un experto cazador. Con veinte oteaba desde una azotea los pasos del Presidente.

Ornitor Ringo 

Su afición a los videojuegos de realidad virtual hacía que fuera considerado raro por sus compañeros de asilo, grandes jugadores de bingo.

Conectado 

Por no quedar como un inadaptado a la nueva normalidad, también él fingió no haber visto pasar a un chimpancé en moto.

Conectado 

El mago quiso hacer un truco que se saliera de lo normal, pero al meter la mano en la chistera, el cocodrilo le arrancó un brazo.

Jorge Alonso Curiel 

"No me gusta la normalidad", pensó la niña al ver a su padre marchar al trabajo tras el confinamiento.

Jorge Alonso Curiel 

Los viajeros llegaron a un lugar donde los hombres se casaban con varias mujeres. Les costó entenderlo, pero ya no continuaron su viaje.

NIña la Puebla 

Se enamoró de él cuando rescataba a inmigrantes del mar. De regreso a la rutina el tipo le pareció de lo más normal.

Versus 

Solo actuaba con normalidad cuando estaba acompañado, el resto del tiempo era él mismo.

Pablo Cavero 

Su nueva normalidad eran: los gritos de las moscas, los rezos de los perros, el góspel de las amapolas. Le ingresaron.

Yonis 

Sólo un puñado de viejos recordaba que esa no era la normalidad.

Jorge Alonso Curiel 

-¡Aquí nada funciona como Dios manda! -gritó el astronauta unas horas después de llegar a ese planeta.

Pietro 

Esa mañana, por no cruzarse con la misma gente, salió media hora antes. Vano intento, todos hicieron lo mismo.

MAM 2 

Un día la nieve terminó de derretirse y el virus desapareció. Sin excusas para justificar el fracaso de su matrimonio, decidieron separarse.

Lía03 

—¿Y cómo se vuelve a la normalidad? —preguntó a gritos la huérfana de padre y madre, de tíos, hermanos y amigos… El silencio fue sepulcral.

Lía03 

Después del desastre todos volvieron a la normalidad, menos la oruga que se había convertido en mariposa.

Y uno, de regalo: 

Rafael_LdlP 

Era un tipo tan normal que destacaba entre todos sus vecinos.