Hola, amigos. 

Como estamos cerca de unas nuevas elecciones, a unos días de que vuelva todo el jolgorio propagandístico de los partidos y sus tertulianos a sueldo, la semana que viene escribiremos sobre la cuenta atrás. No sobre la cuenta atrás en términos electorales, sino sobre la cuenta atrás sin más, pura y dura y desnuda, relacionándola con lo que os parezca. 

A partir del lunes. Mientras tanto, disfrutemos de los veinte finalistas de la semana: 

Lysinge 

De madrugada lo despertaban unos extraños ruidos. Mientras él sospechaba que estaba perdiendo el juicio, la carcoma devoraba su cama.

Náufrago 

Cuando le despertaba el sol en la isla desierta, el náufrago echaba de menos el sonido del despertador para ir al trabajo.

Sithembile 

La duquesa ha madrugado pues la recepción es a mediodía y debe decidir, entre los doscientos pares de zapatos que posee, cuáles se pondrá.

Creux 

Aunque cada día madruga más, no logra llegar a tiempo de compartir ascensor nuevamente con esa vecina que le roba el sueño.

Insomnio

Cuando por fin consiguió dormirse, sonó el despertador.

Caché 

Se despertaba de madrugada para tomarse el primero de los siete cafés del día. Murió sin aceptar el motivo de sus insomnios.

Repio

Se despertó, inquieto, a las cuatro de la madrugada. Intentó levantarse, pero se lo impidió la tapa del ataúd.

Tuwile 

Cada día a las 5:55 abría el cajón de la cómoda para coger los calzoncillos. Aquel molesto chirrido terminaría arruinando su matrimonio.

Alehand Inmass 

La inspiración para escribir la encontraba durante la madrugada, pero el panadero jefe no le permitía quitar las manos de la masa.

Silencio 

Le llamaron de madrugada para decirle que la guerra estaba perdida. Cesó al general que le había despertado y siguió durmiendo.

Kesher 

Era su primer día de trabajo. A las cinco despertó para acicalarse y preparar todo perfectamente. Y poco antes de salir de casa, se durmió.

Kesher 

Cuando despertó, su mujer ya había hecho el desayuno, había limpiado el aseo, había revisado el correo y se había tirado por el balcón.

Eliazar 

Se levantó a la misma intempestiva hora de todos los días, sin advertir que, su cada vez más corrompido cuerpo, seguía en la cama.

Asante 

Despertó en el depósito de cadáveres. Al verlo todo tan oscuro, pensó que aún no había amanecido y decidió hacerse un rato más el remolón.

Bob Ería 

Al señorito lo fusilarían al amanecer. Ya de entrada, la hora no le gustó nada.

Achimov 

“A quien madruga, Dios le ayuda”, proclamó abatido el cura ante los tres feligreses que habían acudido aquella fría mañana a misa de ocho.

Despertavoz 

Oía voces, pero ninguna que lograra despertarlo a tiempo para fichar.

Chausiku 

Un día más, lo despertaron a voces a las 7:30. Se palpó el mono de color naranja y recordó afligido que era la última vez que lo harían.

Diaba 

Sonó el despertador a las seis. Palpó el muslo de su esposa y lo notó frío. Con un nudo en la garganta, susurró: “Amelia, ¿estás dormida?”.

Rural 

Tras la inauguración del hotel, el granjero de al lado recibió un libro en un paquete anónimo: «Cien maneras distintas de guisar un gallo».

Si queréis ser proclamados vencedores con nombre y apellidos, y no con el mero seudónimo, informadme de vuestra identidad en este email: cuenta140@elcultural.es

Saludos cordiales. 

PD: Este relato, de C.C.Baxter, ha sido eliminado en el último momento por tener 141 caracteres: 

Se puso el despertador para las 3. Repasó los temas hasta las 7, se duchó, se vistió y fue al instituto a recibir a sus alumnos superdotados.