Más de una década después de que Nicolás Sarkozy propusiera refundar el capitalismo sobre bases éticas, la idea de que solo sobrevivirán en el largo plazo las compañías que se preocupen y ocupen de la sociedad está cada vez más presente en la gran empresa española, que no es ajena al descrédito institucional de estos tiempos.

La última vez que escuché a un primer espada del Ibex 35 defender este modelo de empresa fue el pasado martes, cuando el presidente de CaixaBank recurrió a su tono académico para sostener que frente a las viejas teorías de que la gestión de una compañía debe centrarse en maximizar los beneficios de los accionistas, se están imponiendo otras en las que la rentabilidad no debe estar reñida con el compromiso de las grandes corporaciones con sus clientes, proveedores y empleados. En definitiva, con su compromiso con la sociedad.

"La legitimidad del modelo económico está en juego y el sector privado tiene que trabajar para mejorar su imagen", advirtió Jordi Gual.

Sentado en el auditorio, escuchaba sus palabras, Ignacio Garralda. El presidente de Mutua Madrileña va a ser el próximo premiado en España por su labor filantrópica. En los primeros días de diciembre, recogerá este galardón que entrega por segunda vez Forbes en España y que en su última edición recayó sobre Isidro Fainé, precisamente por la labor de la Fundación Bancaria La Caixa.

Ignacio Garralda

La Obra Social de la entidad financiera es legado de una forma de entender la responsabilidad corporativa en la que España fue un país pionero con sus extintas cajas de ahorro, cuyo rescate ha costado al contribuyente una media de 2.250 euros por familia, según cálculos del economista Juan Ramón Rallo.

La labor social de las Fundaciones ligadas a las grandes empresas suele ser poco publicitada en España. Quizás por episodios como el padecido por Amancio Ortega, tan criticado por sectores afines a Unidas Podemos por sus donaciones a la Sanidad Pública.

En el caso de Garralda, su labor filantrópica no arranca en Mutua Madrileña. El exagente de Cambio y Bolsa fundó hace ya 18 años la Fundación Lealtad junto con Salvador García-Atance para impulsar la confianza de la sociedad en las ONG. Sin embargo, esta faceta del directivo -que también está presente en los órganos de dirección de la ahora tan de moda Bolsas y Mercados Españoles (BME)- es poco conocida.

Para seguir ese rastro solidario, dicen quienes le conocen que hay que atender a su implicación personal en la lucha contra el maltrato de género. Un compromiso muy de actualidad en este Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Padre de cuatro hijas de su primer matrimonio, a las que suma otras tres que tiene su actual esposa, Garralda es uno de los ejecutivos (hombres) de la gran empresa española que más defiende la igualdad de la mujer en el mundo corporativo y la lucha contra la violencia doméstica. 

Isidro Fainé, Jordi Gual, Ignacio Garralda y Amancio Ortega.

Ha impuesto planes de conciliación y flexibilidad laboral que han permitido a la compañía elevar en  siete años en nueve puntos (hasta el 39% con el objetivo de alcanzar el 40%) el peso de mujeres en puestos gerenciales en Mutua sin recurrir a las cuotas. Y se cuenta que de todos los proyectos que tiene en marcha la Fundación que preside los que afrontan la lacra de la violencia de género son en los que más se implica.

La clave de su compromiso radica en que entiende que para luchar contra este tipo de violencia no es suficiente con aportar un granito de arena. Es necesario sembrar el arenero para que las víctimas y sus hijos, en su caso, superen el duro trance.

Garralda llegó a la presidencia de Mutua Madrileña en 2008. En 2012, la Fundación diseñó una línea de actuación prioritaria contra la violencia de género y después, desarrolló el Programa 360º, que destaca por abordar el problema con un enfoque transversal que culmina con la integración en su plantilla de víctimas de la también llamada violencia machista.

Después de tres promociones, la Escuela Mutua ha dado formación a más de 30 mujeres víctimas de malos tratos y las ha incorporado a distintas empresas del grupo con confidencialidad y una atención especial para ayudar a que se integren de forma gradual en su nueva vida.

Esa integración forma parte de otros programas de la Fundación dirigidos a que la sociedad tome conciencia o a apoyar a las ONG que atienden a víctimas y sus hijos a través de su programa a proyectos de acción social, así como su cooperación con instituciones públicas estatales, autonómicas y locales.

Una visión integral, frente a las acciones concretas que en los últimos días se han apresurado a anunciar distintas multinacionales con presencia en España ante la llegada de este Día Internacional.

ATENTOS A...

Después de que el Ministerio para la Transición Ecológica que lidera Teresa Ribera haya decidido pasar la gorra entre las empresas del Ibex 35 para pedir financiación para la Cumbre del Clima Madrid 2019, en La Moncloa se tiene bien identificadas a las empresas más implicadas con la causa.

Teresa Ribera y José Manuel Entrecanales.

Algo que quedó claro en el reencuentro de Pedro Sánchez, con los empresarios, donde el presidente del Gobierno no perdió ocasión para subrayar el "compromiso" ejemplar de Acciona. Se comenta estos días en los mentideros del Ibex 35 que la empresa que preside José Manuel Entrecanales es una de las que ha sido llamada a patrocinar la Cumbre del Clima 2019: COP25 en la que Madrid sustituirá a Santiago de Chile como capital anfitriona.

También en el foco de esa petición de ayudas está Iberdrola, por su estrategia verde. Sin embargo, el hecho de que el foro en el que estuvo presente Sánchez estuviera dedicado a la empresa familiar permitió al líder socialista evitar mencionar el compromiso de Ignacio Sánchez-Galán con la Transición Ecológica y la Cumbre del Clima en un momento en el que las informaciones que relacionan a su exdirector de Seguridad con las empresas del entramado de Villarejo nublan el bosque 'verde'.