“Asquerosamente exigente”. Así se definía este lunes Malú en el programa de Bertín Osborne en Telecinco, Mi casa es la tuya. Una exigencia, una capacidad de trabajo y tesón que le llevó a estar al borde la muerte cuando le reventó la vesícula de “sopetón” en 2008 en medio de su gira Gracias.

“Eso fue muy grave. Yo tenía la sensación de que me apagaba. Me empezaron a hacer todo tipo de pruebas y dieron con que había mucho líquido por todas partes. Creí que me iba a morir. Lo tenía clarísimo”, explicó la cantante. “Me quedé como un jilguero. Me dieron un margen de 50 días para volver al escenario y a los 30 volví. No podía cancelar más conciertos. Tienes un equipo de gente y tenía esa responsabilidad”.

Por ello, la madrileña ha admitido que en varias ocasiones se ha planteado dejar la música. “Me he planteado varias veces dejar la música. Al final, cuando eres tan asquerosamente exigente y quieres que todo sea perfecto, y todo lo que estás haciendo te ocupa el 100% de tu cerebro y de tu energía, hay veces que te puedes debilitar. Es normal, te debilitas y piensas si realmente compensa todo esto. Pero te subes al escenario y dices: "Sí, me compensa”, aseguraba.

Un carácter que, no obstante, reconoce que sólo tiene con su trabajo. “Solo me enfado con cosas que tiene que ver con mi trabajo, luego soy lo más dócil y menos ‘enfadica’ del mundo”, aseguraba. “Tienes cara de tener un carácter del demonio", le decía Bertín. “¿Yo? Si soy como Winnie The Pooh. Sí, la verdad es que sí”, reconocía.

“Es muy pesada”, bromeaba Pastora Soler. “Pero yo creo que hay que ser así. Cuando se toman muchas decisiones, tienes un equipo muy grande detrás y tienes que preocuparte de que todo esté como una quiere porque eres la que da la cara...”, añadía.

“Como pareja no soy mu ‘enfadica’. Tampoco soy muy mandona: Yo soy muy de vive y deja vivir, sobre todo en pareja. Es la única forma para que no se ahogue”, comentaba. “Luego está la convivencia, que es lo más difícil. Entendernos a los artistas también es raro. Hay una parte rara y atípica”.

“Tenemos una vida de feriante. Vives de noche, trabajas de noche... Todo es hacia tu gente, hacia tu profesión. Una vida normal no te da esa presión. Una tarita por ahí tiene que haber”, bromeaba la cantante.

“No sé si tienes pareja. ¿Han entendido o entiende tu profesión?“, preguntaba insistente el jerezano. Todavía le quedarían un par de veces más que preguntar por su vida amorosa. “La capacidad de aceptar también es importante. Puede ser que yo no entienda algo de ti, pero tengo que aceptarlo. Y he tenido la suerte”.

Sin embargo, ahora vive sola. “Sí, sí, vivo sola, con mis perros. Bueno, tengo una señora que me ayuda”, confesaba. Algo que sorprendía a Bertín. “Pero, ¿no tienes novio ni nada? Con lo bien ‘costeá’ que estás y no tienes novio ni nada… ”, decía el presentador, a lo que la cantante respondía con un “pse”. “Bueno, alguna alegría tendrás que pegarte para el cuerpo”, seguía el jerezano. “Hombre, claro”, respondía ella.

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