Castilla y León

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Opinión

Del Atlántico a Zamora por la tierra vaciada

6 octubre, 2020 18:15

Pleno bronco el de esta primera parte con el control a la actividad del Gobierno regional. Pocos procuradores en el hemiciclo, y más, cuando se puede participar de manera telemática, incluso en las votaciones. Bronca entre el Gobierno Mañueco/Igea y la oposición, tanto socialista como de Vox, salvando la "crítica amable" -en palabras del presidente Mañueco- del portavoz de Cs, David Castaño.

Si el rifirafe entre Alfonso Fernández Mañueco y el portavoz socialista, Luis Tudanca, estuvo marcado por la muerte de Sonia Sainz-Maza, fallecida sin haber conseguido una consulta presencial, cuando tanto se habla del cierre o no cierre de consultorios médicos, no fue menos tenso el debate siempre caliente entre el todopoderoso vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, y la socialista Virginia Barcones respecto, también, a la Sanidad y sobre todo la rural. Pero ahí no terminó el asunto, sino que también el debate entre la procuradora socialista Ana Sánchez con su paisana pero no correligionaria zamorana y consejera de Familia, Isabel Blanco, fue muy tenso con los informes solicitados por la Fiscalía de Zamora respecto a las residencias de la Tercera Edad en la provincia. Ya que Sánchez denunció “desamparo, angustia y dejación absoluta” preguntando a la consejera de Familia si desde la Junta “van a ser capaces de abandonar a su suerte a los mayores de Zamora” en esta nueva ola de pandemia. 

Uno, escuchando a unos y a otros y también a los de más allá, no sabe ya qué pensar del teatro que representan los políticos que nos ha tocado vivir, y también sufrir. En estos tiempos es mucha la puesta en escena en la representación vana de sus palabras. ¿Quién tiene la culpa? Unos y otros y los de más allá. Las discusiones en el hemiciclo de las Cortes de Castilla y León, a pesar del cabreo que de vez en cuando le llega al presidente, Luis Fuentes, quien no cesa en reprochar, es decir, amaga pero no golpea, son discursos que chocan contra las paredes. No son creíbles, en su mayoría, a no ser los discípulos dóciles o sumisos al líder. Si el PSOE denuncia como oposición, el mismo Gobierno regional también hace de oposición al PSOE. Porque, ya aburre, ese discurso manido de la culpa la tiene... el Gobierno de España. Sea el color que sea, azul, naranja, rojo o morado.

Concretamente en el caso del ineficaz Eje Atlántico que , según dicen desde Portugal, está muerto y ahora viene a colación en el Pleno. Lo trajo el portavoz de Cs, David Castaño. Después de muchos años de reuniones y más reuniones de los miembros que deberían haber hecho girar el eje del desarrollo y la despoblación -decenas de reuniones en toda la mitad occidental hispano lusa de Huelva a Gijón, se dan cuenta que no ha servido para nada. Un organismo, público y privado, que debería haber hecho prosperar a la zona fronteriza de Castilla y León y Norte de Portugal -sobre todo a Trás-os-Montes- ha sido en baldío. Está muy bien que Castaño pregunte a Mañueco por el desarrollo de los territorios afines a este Eje, pero más bien debería preguntar a los gobiernos, uno tras otro, de la Junta de Castilla y León -sobre todo al que fuera todopoderoso consejero de Presidencia, José Antonio de Santiago-Juárez, y al silencioso Juan Vicente Herrera, que parece estar a cazar mariposas,- qué hicieron para fortalecer las relaciones con Portugal -no han creído nunca aunque parezca que empiezan a creer-, sobre todo en lo que concierne a la frontera. Que pregunten a los presidentes de las Cámaras Municipales fronterizas, ellos darán la respuesta correcta: nada!

De frontera es Zamora, junto con Soria y Ávila las pequeñas de este conglomerado de provincias sin sentido que se llama Castilla y León. La situación de las residencias de Zamora durante los duros meses de pandemia la puso sobre la mesa Ana Sánchez, para que la comieran desde el Gobierno regional, como tuvo que hacer la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco. Por cierto, ambas son procuradoras por las tierras de Urraca. Muy duro fue el alegato de la socialista, acusando a la Consejería de “tres meses de desamparo, angustia, abandono y gestión de absoluta dejadez” de los ancianos. Pero fue más allá, al decir que es la prueba de que “están recogiendo lo sembrado durante 30 años de modelo privatizador, que prima los intereses económicos a la salud de los vecinos”. 

Si esta situación denunciada por la procuradora del PSOE, y también vicepresidenta de las Cortes, fuera cierta, era para que todo el personal directivo de las residencias, de la Gerencia de Zamora y hasta la propia consejera, cogieran sus cosas y se marcharan casa. Pero ahí está la cuestión de nuestros políticos. Aquí nadie dimite, ni en residencias, ni en Zamora, ni en Castilla y León, ni en Madrid -bueno sí, le dimiten a la presidenta de Madrid, Isabel Ayuso, y, además, todos los consejeros del ramo de las residencias-. Blanco echó balones fuera como pudo, incluso por lo bajo acusando al Gobierno de Sánchez, concretamente a la vicepresidencia social de Pablo Iglesias, al asegurar "no tener potestad para intervenir en las residencias" durante el estado de alarma. Sea como sea, los residentes y los familiares son los únicos que saben toda la verdad, su dolor, de lo que en ellas ocurrió. Aunque los socialistas, por boca de la procuradora Nuria Rubio, diga que "no parará hasta conocer la verdad sobre lo sucedido en las residencias de mayores durante la pandemia del COVID-19". 

Por el bienestar de nuestros mayores, esperemos que en esta segunda ola de Covid no tengan que pasar por el calvario que padecieron en la primera y que, como Jesucristo con su cruz a cuestas, muchos, miles y miles, terminaron, no en la cruz, sino en el sepulcro, ay!