Cuatro ha tirado la casa por la ventana para celebrar Halloween en First Dates, con dos entregas especiales. La primera de ellas se ha disfrutado este jueves, y ha permitido ver a Carlos Sobera y a todo su equipo caracterizados como vampiros.
La primera persona en cruzar la puerta para buscar el amor este 30 de octubre ha sido Julia, una joven de 23 años, estudiante de interpretación y natural de Transilvania. Y, para demostrarlo, llevó una foto de ella de pequeña ante el auténtico castillo de Drácula.
Asegura que en el amor no le ha ido muy bien, porque busca “una persona no solo para pasar el tiempo, quiero aprender algo de esa persona”. “Tengo una personalidad fuerte y muchos hombres tienen miedo de esto”, aseguraba.
Para ella, el programa eligió a Esaúl, de 26 años, un analista de laboratorio de Valencia que ya había probado suerte anteriormente en First Dates. Llegó al restaurante de Cuatro con una capa, y al ver a Sobera con otra le dijo: “Es un poco de pobre la tuya”. “Drácula soy yo, el que lleva la capa buena. No la tuya del Aliexpress”, se jactaba en el confesionario.
Esaúl llegó al programa con un marco muy extraño en las manos, con un esqueleto. “Es mi gato”, le explicó a Carlos Sobera, que soltó un exabrupto. “Mi gato Gustabo con be, falleció hace mucho tiempo”, añadía el comensal. El presentador dudaba de que fuese verdad, y él insistió que era real.
Esaúl y Julia en 'First Dates'.
“Colecciono huesos de personas, de animales, me interesa ese mundo de la medicina. La gente paga por ir a un museo para ver un esqueleto de un cuerpo humano, yo lo tengo en casa”, decía con orgullo el soltero.
Cuando Carlos le enseñó la foto de Julia ante el castillo de Drácula sintió un flechazo. Cuando les presentaron, no dudó en pedir: “¡Saquen los anillos! Nos podemos casar hoy”. La transilvana, sin embargo, se horrorizó al ver al gato: “No voy a poner esto en mi casa”.
“Es el esqueleto de un gato que estuvo vivo en su casa”, le aclaró Carlos Sobera, por si no estaba claro. “Me parece muy oscuro y muy raro”, admitió la soltera, que comentó que ella también tuvo gato en el pasado, “pero no pensé nunca en guardar su esqueleto”.
Durante la cena, Esaúl parecía seducido por su cita, aunque dudaba que lo que él captaba como atracción fuese cierto, pues ella estudia interpretación y le podía mentir. Pero Julia tenía claro que buscaba otro tipo de hombre: no le gustaba su look, ni su pelo largo: “Lo veo un poco chica”.
A la hora de decidir si tendrían una segunda cita, el sanitario valenciano dijo que sí: “Te metía los colmillos ahí hasta donde llegaran”. Pero ella prefirió no volverlo a ver, porque “lo del gato fue too much para mí”. “¡Lo puedo pintar de rosa! ¡Lo puedo tirar!”, exclamó su acompañante, pidiéndole otras razones. “No es mi tipo de físico, no me gusta el pelo largo”, terminó por decir Julia, mientras él se despedía advirtiéndole: “Ya te acordarás de mí”.
