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El primer soltero que ha entrado en el restaurante de First Dates este martes ha sido Charly. Un inglés de 54 años afincado en Valladolid, y que es presentador de eventos, locutor y casi todo lo que se proponga. Una de sus últimas aventuras ha sido organizar y presentar el mundial de hacer puzles con rapidez.

Lleva 30 años en España, “y aquí sigo, porque no me habéis podido echar”, le decía con humor a Carlos Sobera. Lleva tres lustros sin pareja de larga duración “porque tengo otras cosas que hacer”, y se considera demasiado optimista.

Pienso que va a llamar a mi puerta y va a decirme: hola soy tu nueva novia”, admitió entre bromas el británico, que dejó sorprendido al presentador del programa de citas. “Me llaman el Sobera en Valladolid, porque hago juegos de preguntas de Trivial”, presumió el comensal.

“Ya hay dos Soberas en este país, como haya un tercero, se hunde”, expresó el auténtico Sobera, antes de recibir a la cita de Charly, Marta. Una mujer de 46 años de Lleida que lleva soltera desde 2015, y que actualmente está en el paro y vive con sus padres, que son mayores.

“Físicamente, es mi estilo”, admitía Charly. “Le llaman el Sobera...”, apuntó Carlos, que añadía que “es más guapo que yo, hay que admitirlo”. “No es feo, pero no es mi tipo”, reconoció pronto Marta, que, lo veía “un poco mayor”. Tanto, que en un descuido, llegó a tratar de usted a su acompañante.

Marta y Charly en 'First Dates'.

A lo largo de la cena, Marta habló de su vida. Fue cantante de orquesta, pero lo dejó después de encontrar una pareja a la que no le gustaba que cantase. “Ahora ya no canto, fumo mucho y estoy fatal de la voz”, señalaba. También ha cuidado a personas mayores, y ha limpiado en hospitales.

A la hora de hablar de aficiones, la afinidad brilló por su ausencia. Charly ama los juegos de mesa y los puzles. Ella, sin embargo, no suele salir, ni hacer nada en particular. He estado en Babia muchos años”, le contaba al inglés, que no entendía la expresión.

Marta buscaba estabilidad en todo, y tiene claro que no se quería quedar sola, “porque la soledad no me gusta”. Y tiene que aprender de sus errores, pues tuvo parejas con las que estaba por estar, en una época carente de autoestima. Además, hace dos años sufrió un cáncer de pecho, y tuvo menopausia a los 44 años.

Me sentí realmente muy mal por ella”, reconocería Charly en el confesionario, pero tenía claro que no podría compartir sus aficiones y su mundo con ella. A la hora de decidir si tendrían una segunda cita, ambos llegaron a la conclusión de que lo mejor sería no repetir.