Una de las noticias televisivas de la semana ha sido la detención por parte de la Guardia Civil de Carlos Algora, uno de los solteros de La isla de las tentaciones. El empresario andaluz, ya en libertad con cargos, está siendo investigado por una presunta agresión sexual en grupo, que tuvo lugar durante una fiesta ilegal en un chalé de Colmenarejo (Madrid).

Esto ha hecho que los planes del programa saltasen por los aires. Así, se ha decidido cortar sus intervenciones, borrándole del reality estrella de Telecinco en estos momentos, aunque ello suponga dejar algunos agujeros en las tramas.

Carlos Algora se suma así a la lista de perfiles polémicos que han entrado en un reality. Personas hasta entonces anónimas a las que la producción no había estudiado bien, y que sorprendían con actitudes que se salían de lo establecido, o con secretos del pasado que veían la luz de forma abrupta.

En Gran Hermano, por ejemplo, muchas han sido las expulsiones disciplinarias, por concursantes que se pasaban de violentos. El primero en salir del programa por la puerta de atrás fue Carlos Navarro, apodado el Yoyas por la forma en la que amenazaba a sus compañeros cuando algo no era de su gusto.

En el programa, Carlos empezó una relación con Fayna Bethencourt, una guía turística de Las Palmas de Gran Canaria. Un día, ella terminó con la espalda enrojecida tras ser lanzada contra la cama. Otro día recibió un tirón de pelos; él se justificaba de que le estaba pegando “de cachondeo”. Con los años, ambos se casaron, pero no fueron felices ni comieron perdices, y su romance acabó con una denuncia por violencia doméstica, y con Carlos condenado a prisión.

Tras Carlos Navarro, por Guadalix de la Sierra pasarían otros concursantes a los que se expulsó por violentos como Indhira (GH 11) por tirar un vaso de agua a su compañera Carol. También fue expulsado su compañero de edición Gonzalo tras una sonora discusión con Pilarita y Siscu, y a Bea la Legionaria la sacaron de GH: El reencuentro tras agredir verbalmente a Melania.

Hay concursantes que, si bien no tuvieron una expulsión, también son recordados por sus discusiones, o por hacer chistes de mal gusto sobre Marta del Castillo, como los gemelos Montoya, de GH 13. Uno de ellos, Gonzalo, fue premiado más tarde por Telecinco al convertirlo en concursante de La isla de las tentaciones en su primera edición.

Todo esto sin olvidarlos del caso de Carlota Prado. En GH Revolution, Carlota empezó una relación con su compañero José María, quien presuntamente la violó durante una noche de fiesta. El caso continúa en los juzgados.

Hay que recordar que la Fiscalía ha requerido al acusado y a la entidad aseguradora, como responsables civiles directos, y a la productora Zeppelin Televisión, como responsable civil subsidiario, la fianza de 133.333 euros para asegurar las responsabilidades pecuniarias.

Asimismo, el representante del Ministerio Público reclama además al acusado, para el que solicita dos años y medios de prisión, una indemnización de 6.000 euros por los daños morales causados a la víctima, idéntica cantidad que a la productora del programa (Zeppelin) por los daños ocasionados a raíz de mostrarle a la víctima las imágenes grabadas del presunto abuso.

Un pasado que puede salir en cualquier momento

En la era de Internet y de las redes sociales es fácil rastrear el pasado de los participantes de cualquier reality. Ya no hay que esperar a profundas investigaciones de revistas especializadas para sacar trapos sucios, tal como le ocurrió a Mónica en el primer Gran Hermano; la participante había ocultado a la organización que había sido prostituta. Cuando esto se hizo público, la joven decidió abandonar de forma voluntaria su aventura televisiva.

Por todo esto, las cadenas tienen que ser cada vez más cuidadosas a la hora de elegir quién forma parte de sus programas de telerrealidad. Volviendo a Carlos Algora de La isla de las tentaciones, recordemos que también está acusado, tal como reveló Miguel Frigenti, de haber suplantado la identidad de un actor porno para conseguir fotografías y vídeos eróticos de mujeres.

Al público no le gusta ensalzar ni premiar a alguien que tiene un pasado oscuro. En ese sentido, habrá quien recuerde cómo Antena 3 lanzó un reality llamado La vuelta al mundo en directo, en el que participó Cyril Jaquet.

Un joven de 29 años que nació en Suiza pero con cinco años vino a vivir a España. En el momento de concursar trabajaba como auxiliar de vuelo, se consideraba un nómada, y participaba junto a su novia Paola; ambos habían tenido la suerte de ser elegidos entre 8.000 aspirantes.

Muy pronto se descubrió que aquel joven era un parricida, que había matado a sus padres quince años atrás, y que intentó ocultar su autoría disfrazando los hechos como un robo. Se compartían viejas noticias de hemeroteca, y el programa actuó.

Hasta entonces, Cyril solo había dicho que no tenía padres, que murieron de forma trágica, pero nada más. “El pasado está enterrado”, le dijo a Óscar Martínez, el presentador de La vuelta al mundo. Su pareja le apoyaba, y le dijo que sabía lo sucedido. “Me lo contó de una forma natural y yo le apoyé desde el primer momento”, revelaba.

Al final, el concursante abandonó el reality, y a la cadena se la acusó de saber muy bien a quién metía en el concurso. “Es mentira que buscásemos el morbo para ganar audiencia. Él contó que era huérfano”, llegó a decir Óscar Martínez, en defensa del formato.