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Triplica tu capacidad de memoria con este truco

2 febrero, 2015 20:33

La memoria es un poco tramposilla, muchas veces nos falla, muchas veces nos impide olvidar cosas que no queremos recordar, en fin, un engorro. Siempre ha sido un tema interesante para todos aquellos que estudian el obtener pistas y trucos para potenciarla en la medida de lo posible. En Medciencia ya os habíamos hablado sobre algunos alimentos que pueden potenciarla, como el o el chocolate y también os habíamos dado algunos consejos (escuchar música, apretar los puños, etc…), incluso os habíamos comentado ciertas curiosidades sobre el proceso de la memoria en sí. Hoy vamos a daros un truquillo más sobre cómo organizar el proceso para retener más información.

El estudio y el truco para aumentar tu capacidad de memoria

Hasta ahora se creía que prestar atención y ser consciente de la existencia de un estímulo cualquiera era suficiente para que éste fuera incorporado a la memoria y por lo tanto pudiéramos recordarlo posteriormente. El estudio llevado a cabo por Hui Chen y Brad Wyble y publicado en la revista Psychological Science desmiente esta teoría. Ellos vieron en sus experimentos que los sujetos eran incapaces de nombrar un atributo a pesar de haber sido presentado cumpliendo las condiciones anteriores.

El estudio consistió en mostrar a 100 sujetos listas de números y letras, la tarea que se les daba era identificar la posición de las letras. La ejecución en esta tarea fue muy buena y rara vez cometieron algún error. Luego se pasó a otra fase en la que les preguntaban si mientras habían hecho el ejercicio anterior habían memorizado la letra en sí, es decir se les pedía que la recordaran. Los resultados fueron muy malos, los sujetos recordaban la posición de la letra ¡pero no la letra en sí!, de hecho la tasa de aciertos no fue superior al azar (25% en este experimento).

Ellos llamaron a este proceso “amnesia del atributo” y se produce cuando los sujetos repetidamente localizan un objeto (o lo identifican) en base a un atributo y son preguntados en base a otro.

Sin embargo, cuando a los sujetos se les comentó que se les preguntaría por las letras en sí, sus resultados mejoraron espectacularmente (hasta alcanzar entre el 65 y el 95% de aciertos).

A pesar de ser este fenómeno algo adaptativamente lógico (asegura que recordemos lo que necesitamos para después, lo útil), esto puede implicar un problema en los estudios. Los datos que más vamos a usar y que más necesitamos parecen ser grabados más intensamente en la memoria. Pero si algo no lo hemos identificado de esta manera ello entorpecerá que lo recordemos.

Así pues la memoria funciona como una cámara a la que debemos encender y dirigir hacia lo que queremos que grabe. El truco está en saber que lo que observamos lo vamos a tener que recordar o utilizar luego, eso por si solo aumentará nuestra tasa de recuerdo.

Desde luego creo que es un argumento perfectamente válido para la típica situación en la que los alumnos le preguntan al profesor qué va a entrar en el examen o qué va a pedir y es más importante (algo que todos hemos hecho y a lo que los profesores suelen ser bastante reacios), ahora le podéis decir que si realmente quiere que aprendáis es la mejor forma, no dudéis en citarle el artículo de Hui Chen y Brad Wyble si es necesario.

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Y… (espero que nadie se enfade) pero justifica la necesidad de realizar exámenes a los alumnos. Si no tenemos que responder, examinar o utilizar la información para algo, tristemente no la recordaremos.

Otro consejo que os puedo dar es que si por ejemplo os aprendéis algo en base a las fechas (cronológicamente) tened en cuenta que solo recordaréis la secuencia de esa manera, es interesante saber cómo lo van a preguntar. Si en lugar de cronológicamente os preguntasen por orden de importancia esa memorización perdería tasa de recuerdo al intentar recordarla con otras claves, a pesar de haberla estudiado entera.

Fuente: SagePub, PsyBlog.

Imagen: DeviantArt.