Los escenarios que se abren con el 'ok' de Europa a que España y Portugal puedan ser una 'isla energética'

Los escenarios que se abren con el 'ok' de Europa a que España y Portugal puedan ser una 'isla energética' Invertia.

Observatorio de la Energía

Las tres bazas con las que cuenta Sánchez para bajar el precio de la luz si España y Portugal son 'isla energética'

La Península Ibérica podría desvincularse del mercado europeo con el cierre de las interconexones con Francia. 

26 marzo, 2022 03:48

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La Unión Europea ha dado luz verde a la petición de España y Portugal de contar con una respuesta específica a nivel nacional para atajar el alza de los precios de la luz. Ambos países tienen libertad para poder tomar las medidas que se han estado barajando en las últimas semanas. Pero si finalmente, de manera unilateral, aprueban un plan para poner un límite al gas, que es lo que se ha dicho en numerosas ocasiones, no queda otra que cerrar la interconexión eléctrica con Francia. 

El objetivo del Gobierno para bajar la locura del precio de la luz es poner un 'tope' al precio del gas en el mercado eléctrico, lo que provocaría una distorsión con otros países europeos al formar parte del mercado común de electricidad. Es la única solución para evitar que se disparen las exportaciones de electricidad a Francia, si el precio de la luz cae por debajo de los precios franceses. 

Dicho 'tope' a los precios se formularía subvencionando el gas, y bajando el precio al que sale al mercado. ¿Cómo se pagaría? Aunque puede haber más posibilidades, estas son las tres principales: que esa subvención la costeen las compañías eléctricas, las facturas de la luz de los consumidores o los Presupuestos Generales del Estado.  

Subvencionar los ciclos combinados

"Lo más razonable, dentro de que ninguna solución es buena, es subvencionar las centrales térmicas de gas o ciclos combinados. Por poner un ejemplo, que se les pague el 50% de lo que les cuesta su producción pero ¿quién asume ese coste?", explica a EL ESPAÑOL/Invertia Javier Colón, socio fundador de la consultora Neuro Energía.

Según fuentes del sector eléctrico, una rebaja del precio del gas de solo 10 euros/MWh ya tendría un impacto muy positivo, alrededor de 25 euros, en el precio de la electricidad. 

Los ciclos combinados son centrales eléctricas que utilizan gas como materia prima para generar electricidad. Desde marzo de 2021 hasta ahora, el precio del gas se ha disparado. Según MIBGAS (mercado ibérico del gas), el 9 marzo de 2021 el precio era de 16,55 euros/MWh y un año después, alcanzó los 200,9 euros/MWh, lo que supone una subida de más del 1.000%. 

Evolución de los precios del gas en el MIBGAS

Evolución de los precios del gas en el MIBGAS Epedata

España es un país fuertemente dependiente de la importación de gas. El 46,9% se importa a través de gasoducto, y el 53,1% restante como gas natural licuado (GNL), que llega en barcos metaneros, según los últimos datos de Enagás.

Al subvencionar el gas, se generaría otro problema: el Gobierno tendría que hacer frente a una lluvia de demandas por parte de las comercializadoras de electricidad y traders que han estado comprando en el mercado de futuros a precios muy por encima del resultado de haber alterado las reglas del mercado.

Beneficios extraordinarios

Queda, pues, pendiente, saber cómo se va a pagar la subvención del gas. "Se puede cargar ese coste o bien a las comercializadoras de electricidad, o vía recibo de la luz a todos los consumidores, lo que puede generar déficit de tarifa, o Presupuestos Generales del Estado", añade el experto en mercados eléctricos Javier Colón.

La opción que también se baraja en el Gobierno español es que los Estados miembro de la UE pongan coto a los denominados como 'beneficios caídos del cielo' o promuevan ayudas fiscales para los ciudadanos más vulnerables.

El presidente Pedro Sánchez, en la rueda de prensa tras su salida de la reunión del Consejo Europeo, ha adelantado que "ya se puede actuar a nivel europeo en eso que se ha llamado beneficios caídos del cielo".

Ciertos miembros del Gobierno han repetido en varias ocasiones que "lo lógico es que las eléctricas participen" de la solución a los altos precios de la energía, aunque no se termina de decidir de qué manera se les puede "hacer participar" de la solución sin que se levante la polvareda de septiembre pasado con el RD 17/2021.

A principios de marzo, la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, exigió que "las consecuencias" de la crisis energética se paguen con "los beneficios" de las grandes compañías del sector, para las que volvió a sugerir una subida del 10% del Impuesto de Sociedades.

En cualquier caso, el próximo martes, 29 de marzo, se saldrá de dudas con la aprobación del plan nacional de respuesta a las consecuencias económicas de la guerra. Una estrategia que cubrirá "todos los frentes".

¿Qué son los 'beneficios caídos del cielo'?

Con el sistema marginal de fijación de precios en el mercado mayorista de electricidad, la tecnología más cara (que suele ser el gas) fija los precios del resto de tecnologías. A pesar de que la producción nuclear, hidráulica y renovables oferten precios más baratos, al final quedan retribuidas al mismo precio que las centrales térmicas.

A la diferencia entre el precio de producción y los ingresos extras se la conoce como 'beneficios caídos del cielo' (o windfall profit).  

El problema es que el impuesto sobre esta 'retribución sobrevenida' ya se aprobó en el RD 17/2021, de septiembre pasado, y provocó un enfrentamiento cruento entre Gobierno y eléctricas. Estas alegaban que la mayor parte de la generación de la electricidad estaba ya comprometida en contratos bilaterales y que por tanto, no se beneficiaban de los altos precios del mercado mayorista. 

Por eso, el Gobierno ha encargado a la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia) que revise los contratos que las compañías tenían la obligación de entregar, bajo declaración jurada, al operador del sistema, Red Eléctrica, para comprobar que no se estaba vendiendo la electricidad internalizando los altos precios del gas.

Ahora los contratos están siendo investigados por la CNMC, que debe comprobar si es cierto lo que decían las eléctricas. Son más de diez millones, una tarea intensa, larga y difícilmente productiva.