Dos personas observando los precios de una pescadería en Bilbao.

Dos personas observando los precios de una pescadería en Bilbao. Luis Tejido EFE

Macroeconomía

Las empresas aceleran el traslado de costes a los precios, lo que llevará a la inflación subyacente a subir más

Buena parte de las materias primas se compran con futuros, lo que obliga a hacer el trasvase a los precios con meses de diferencia. 

31 diciembre, 2022 02:49

Se esperaba que la inflación subyacente subiera en diciembre, pero no que el incremento fuera de seis décimas y alcanzara el 6,9%. Un alza que contrasta con la caída de un punto (hasta el 5,8%) del índice general y que deja entrever que la lucha contra la subida de precios todavía no ha terminado. Más bien, al contrario: queda camino por recorrer y no va a ser sencillo.  

El hecho de que el indicador subyacente (que excluye precios energéticos y de alimentos no elaborados) coja carrerilla significa que a las empresas se les ha acabado el colchón y necesitan trasladar la erosión de márgenes provocada por el aumento de costes. Es decir, que ya no asumen las alzas y las trasladan directamente a los consumidores.  

No ayuda nada la explosión de casos de la Covid-19 que se vive en China. En las últimas semanas los fletes de los barcos se venían abaratando, pero no es descartable que vuelvan a subir según cómo evolucione la demanda, o de si vuelven los cierres totales al país asiático. 

Muestra de esa aceleración que se vive en la traslación es el dato de inflación general en diciembre respecto a noviembre. Una subida del 0,3%, lo que significa que el aumento de precios es muy superior a la caída de los precios de los combustibles, el frenazo al aumento de la energía y la eliminación del gasto en transporte público gracias a la subvención del Gobierno. 

Una situación que se va a mantener en el tiempo como explica Javier Santacruz. El economista recuerda que "las industrias compran con anticipación, y cuando se trata de materias primas compran con futuros, lo que implica que esos costes se trasladan meses después". Por tanto, es muy probable que durante los próximos cuatro o cinco meses sigamos viendo alzas de precios en la subyacente y, en muchos casos, en términos intermensuales. 

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Santacruz recuerda, además, que diciembre es un mes tradicionalmente inflacionista por el aumento del consumo fruto de la navidad. Es por ello que no le extraña que muchas compañías hayan aprovechado para acometer subidas que no habían llevado a cabo hasta ahora. 

Un diagnóstico con el que coincidía este viernes también la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, quien ha insistido en que la bajada del IVA a los alimentos de primera necesidad y la creación de un tipo al 5% para aceites y pastas "deberían rebajar el aumento de los precios" ya que el sector "está comprometido" a que ocurra. 

La subida de la subyacente tiene, asimismo, otra mala lectura desde el plano internacional. Los analistas confían en que la semana que viene los IPC de la eurozona sigan la estela de España: que Alemania reduzca un punto hasta el 9%; y que Italia también modere los avances y vuelva a un solo dígito hasta el 9,7%. 

Esto hace pensar a muchos analistas que el Banco Central Europeo (BCE) se podría plantear una ralentización en el ritmo de las subidas de tipos. Sin embargo, desde eToro creen que eso no ocurrirá. Su analista, Javier Molina, asegura que "la tendencia alcista de la subyacente será una tónica general en la Unión Europea, lo que implica que la subidas de tipos está lejos de terminar".