Simeone, durante el derbi contra el Madrid.

Simeone, durante el derbi contra el Madrid. EFE

1ª División

Simeone mueve tácticamente los hilos en el Bernabéu

El Cholo da una lección con los cambios en el derbi (1-1). Correa, al que introdujo para que “entrara por dentro”, dio el pase del gol a Griezmann. 

9 abril, 2017 01:56

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Hay situaciones que se dan por casualidad, por azar o simplemente por un golpe de suerte. Pasan, uno las asume y ya está. Sin embargo, hay otras que, aunque desde fuera parezcan remotas, son fruto de un estudio previo, un análisis y una toma de decisiones correcta. Así sucedió en el Bernabéu este sábado (1-1), con un empate que llegó por el buen criterio de Simeone a la hora de hacer los cambios y por los fallos de Zidane al hacer los suyos. O, al menos, así parece por lo ocurrido en los últimos minutos de partido. Pero para entenderlo hay que poner orden a los hechos.


Empezando por el Madrid. El primer cambio de Zidane fue obligado: sustituyó a Pepe (que se perderá el resto de la temporada) por Nacho. Hasta ahí, todo normal. El problema vino después, cuando Zidane decidió cambiar a Kroos por Isco (minuto 75). A partir de entonces, el conjunto blanco perdió el control que había tenido hasta ese momento. ¿Y qué ocurrió? Que Correa recibió la pelota al entrar por el centro del campo y se la puso a Griezmann para que hiciera el empate en el minuto 85. Después, el técnico francés cambiaría a Bale por Lucas Vázquez, pero eso ya no tendría ningún efecto.

Griezmann celebra su gol con Correa, Filipe Luis y Gabi.

Griezmann celebra su gol con Correa, Filipe Luis y Gabi. EFE


Y bien, ¿qué ocurrió mientras en el equipo contrario? Pues que Simeone acertó con sus cambios. Sobre todo, con el primero: Correa por Saúl. “Liberamos a Correa cuando salió Torres (segundo cambio, por Thomas, minuto 78) para entrar por dentro”. ¿Y qué sucedió? Lo planeado. Ángel se metió entre líneas y creó la ocasión del gol del empate. “Incluso pudimos ganar”, reconoció posteriormente Simeone.


El Cholo, además, pudo acertar también con su última decisión: puso a Giménez y quitó a Carrasco. ¿El motivo? Pese a lo que se pueda creer, lo hizo para intentar ganar el partido. “Cuando marcamos el gol, pensé que con él podíamos conseguir un tanto a balón parado”, espetó. De ahí que la influencia de Simeone, esta vez, haya sido total. Él fue el responsable de mover los hilos -perdón por el símil fácil- para buscar el empate y lograr un buen resultado.


Esas son las dos caras que dejó el partido. Por una parte, la del que se siente perdedor a pesar del empate: el Real Madrid. Este resultado lo pone en problemas en Liga y cuestiona el rendimiento de su equipo de cara a la Champions, donde se las tendrá que ver contra el Bayern en Múnich el próximo martes después de que el conjunto de Ancelotti arrasara al Dortmund en el clásico alemán (4-1). Pero, además, todo lo que viene por delante. Sobre todo, los partidos contra Barcelona y Sevilla en el Bernabéu de aquí a final de temporada.


Y en el Atlético, por el contrario, la sensación es la contraria. Empató, pero se fue con la sensación de ganar en el Bernabéu. ¿Y qué implica eso? Una inyección de moral de cara a lo que tiene también por delante. En su caso, el partido del Leicester en la Champions. Ese es su objetivo prioritario, más allá de la tercera plaza que aspira a alcanzar de aquí a final de temporada para no disputar la previa de la máxima competición europea.

Griezmann celebra su gol.

Griezmann celebra su gol. EFE