Han sido muchas portadas sin final feliz, largas jornadas de llamadas –que si este club está interesado, que si el otro da más–, millones efímeros que nunca se ingresan, transacciones que no terminan de hacerse efectivas… El verano ha sido largo. Y él, siempre él, aparecía entre los rumores que ofrecía el mercado. Todos los grandes del fútbol europeo lo querían -o eso decían-. Su fichaje, por quien sea, estaba encaminado, era cuestión de horas. Sin embargo, de repente, de un día para otro, parece que ya no es así. Que las promesas, los mensajes de amor y los emoticonos de corazones han cesado. El PSG, el último en entrar en su puja, ha paralizado la operación por miedo al fair play después de adelantar a Madrid, Barça o Manchester City por la izquierda. Y Mbappé, finalmente, tiene todas las papeletas de quedarse en el Mónaco. Ay, la vida…



Las fichas han ido cayendo poco a poco. Los primeros en dar un paso atrás fueron el Manchester City y el Barcelona. Los ingleses se retiraron por el alto coste del fichaje y por tener a dos jugadores parecidos en nómina (Gabriel Jesús y Agüero). Y algo parecido mantiene el conjunto culé, que no está dispuesto a desembolsar 180 millones de euros (cantidad que pedía el Mónaco) en un solo jugador -sobre todo, cuando ya tiene a Luis Suárez ocupando su posición-. De ahí que haya centrado sus esfuerzos en fichar a Coutinho y Dembelé.



Muy diferente ha sido el caso del Real Madrid, que llegó a tenerlo casi hecho. El jugador, enamorado de Zidane, había elegido -y así se lo había dicho a su padre- fichar por el club blanco. De ahí que llegara a salir publicado que el conjunto blanco y el Mónaco habían llegado a un principio de acuerdo para que jugara en el Bernabéu por alrededor de 180 millones de euros. Pero, esta operación, finalmente, tampoco salió adelante. ¿El motivo? El PSG se metió en la puja. Y de qué manera.

Mbappé, en la presentación del Mónaco. Reuters



El club francés convenció al padre del jugador de cambiar de planes, y su progenitor hizo lo propio con su hijo. ¿La razón? El PSG ofreció más dinero. Y la operación parecía hecha la semana pasada: Al-Khlaïfi, presidente de la entidad, habría llegado, según la prensa francesa, a un acuerdo con el Mónaco. Estaba dispuesto a pagar 160 millones (más 20 en variables) y le ofrecía al jugador 12 kilos por temporada. Y, hecha la oferta, parecía cuestión de horas que la transacción se cerrara. Sin embargo, a la postre no ha sido así.



El PSG, después de gastarse 220 millones de euros en Neymar, habría paralizado la operación Mbappé para no saltarse el fair play financiero. Es decir, a día de hoy, se queda en el Mónaco. Eso sí, de momento, sin jugar. “¿Esta castigado?”, le preguntó la prensa francesa a Leonardo Jardim, técnico del club del Principado, en referencia a su suplencia en la última jornada. “Para nada”, contestó el entrenador. “Es para protegerlo”.



Y así seguirá siendo, salvo que cambie el escenario. Y, de hecho, puede ocurrir. Para cumplir el fair play financiero, el PSG tendría que ganar -siempre que fichara por 160 millones a Mbappé- una cantidad cercana a los 621 kilos, pues la UEFA establece que los equipos no pueden superar los 30 millones de euros (entre el balance de ingresos y gastos) en las tres últimas temporadas. Por eso mismo, la operación sólo se desbloquearía si el conjunto francés vende. Y, a ser posible, caro. Y ese es su problema. Aunque, como gusta de decir Zidane: “Hasta el 31 de enero hay tiempo y puede pasar cualquier cosa”. Y tanto.

Mbappé, durante el primer partido del Mónaco. Reuters

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