Opinión

A vueltas con la renta básica

Cola en una oficina de Empleo.

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La idea de una renta básica (RB) para todos, no condicionada al nivel de ingresos ni a la situación de empleo, atrae por su sencillez y universalidad. Pero una RB de un nivel significativo sería costosa y tendría ganadores y perdedores. Un estudio que acaba de publicar la OCDE hace una previsión de lo que supondría la implantación de la RB. La especulación de los expertos de la OCDE concibe una RB que se daría a todos los adultos en edad activa (hasta los 65 años) y a los menores de 18 años, aunque el importe de la RB de estos sería inferior.

Para fijar el importe de la RB, el estudio toma como punto de partida que su introducción debería ser neutral desde el punto de vista presupuestario, es decir, que no aumentara el gasto total actual. Bajo esta condición, el estudio compara el importe de la RB con la que define actualmente el umbral de pobreza y con la de la renta mínima garantizada (RMG), generalmente inferior al nivel de pobreza. Los expertos concluyen: El importe de una RB universal y neutral, sin impuestos suplementarios, quedaría muy por debajo del umbral de pobreza y, si se fijara en ese umbral, sería muy costosa. Saldrían perdiendo muchas personas que necesitan subsidios por su situación personal.

De ahí su advertencia: “Una RB de un nivel significativo en el plano social y político exigiría sin duda gastos de prestaciones suplementarias y, por tanto, un crecimiento de los ingresos fiscales para financiarlos”.

La creación de una RB neutral presupuestariamente, no sería neutral desde el punto de vista redistributivo. Habría ganadores y perdedores y haría falta una amplia reforma fiscal. Los beneficiarios de prestaciones ligadas a la Seguridad Social saldrían perdiendo. Particularmente expuestos estarían los de 55-64 años.

Los que ahora no reciben o no reclaman ninguna prestación social, saldrían ganando si el nivel de RB es superior a lo que aumentaría la carga fiscal impuesta por su creación.
Los prejubilados saldrían perdiendo si las prestaciones existentes fueran sustituidas por una RB de nivel modesto.

A menudo se presenta la RB como un instrumento de lucha contra la pobreza, al aportar una renta segura a todos los que la necesitan. ¿Será así? Saldrían ganando los que en las condiciones actuales no tienen derecho a ninguna ayuda social.

El estudio de la OCDE considera que están bajo el umbral de pobreza los hogares que perciben menos de la mitad de la renta mediana de los hogares. ¿Mejorarían su situación? Su estimación es que muchas personas pobres ganarían con la RB, si actualmente sólo reciben bajas prestaciones sociales condicionadas por el nivel de renta.

En favor de la RB se aduce su simplicidad administrativa. Sin embargo, una de las mayores prevenciones contra la RB es el temor a que una renta universal y sin condiciones haga menos necesario un trabajo remunerado y reduzca la incitación a trabajar.

La renta básica no es necesariamente un sistema eficaz de lucha contra la pobreza. Ya actualmente el hecho de que los beneficiarios de una prestación la pierdan si vuelven a trabajar o cuando el salario aumenta, disminuye también la incitación al trabajo. Si fuera sustituido por la RB, sería más difícil mantener este estímulo al empleo.

La conclusión de los expertos de la OCDE es que incluso un importe modesto de RB exigiría “un aumento sustancial de ingresos fiscales”. Y a pesar de todo, la sustitución de las prestaciones actuales por una RB “podría suponer pérdidas para una buena parte de la población, y no reduciría sensiblemente la pobreza respecto a la situación actual”.