El veraneo nace en el norte, concretamente en las playas de Santander y San Sebastián. Más tarde se extendería por toda la costa cantábrica.
Su origen viene de los Baños de ola. En los tiempos del últimos del siglo XIX la hidroterapia estaba de moda y la reputación que alcanzan estos primeros baños hacen que vengan gentes de todas las partes de España.
Se construyen casetas, se alquilan esos trajes de baño que se parecían a los pijamas, se puso seguridad, servicio de carruajes y unas maromas donde los más miedosos al agua podían agarrarse. Con estos servicios se conocían a las llamadas playas bien atendidas.
A finales del siglo XIX se consideraban estas playas como ciudades-balneario, unos amplios espacios para la salud. En estos primeros tiempos visitaban estas playas personajes ilustres como Amadeo de Saboya o don Alfonso XIII y su esposa la reina doña Victoria Eugenia -estos veraneos para la aristocracia duraban hasta tres meses-, el verano por la presencia de los reyes se denominaba el veraneo regio.
La denominación de Veraneo duró desde últimos del siglo diecinueve hasta los años treinta, ¡qué tiempos aquellos!