Opinión

El sueño de Calpurnia

Tomás Serrano

Tomás Serrano

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Calpurnia. Noble romana del siglo I a. C y última esposa de Julio César. En la obra Julio César de William Shakespeare, Calpurnia tiene un sueño en el que una estatua de César estaba sangrando mientras muchos romanos se lavaban las manos en la sangre, advirtió a César de que tuviera cuidado, pero César ignoró su advertencia diciendo: «Sólo se debe temer al miedo».

La post verdad, en contraposición a un relato más o menos objetivo, como cuando construimos uno histórico objetivo, se ha instalado en la forma de hacer política. En el desencadenante de la última crisis del PSOE, todo empezó con la aparición del llamado “gobierno Frankenstein”, que no existió, pero daba miedo. El bulo de un posible acuerdo entre Sánchez, con nacionalistas e independentistas para formar un supuesto gobierno no fue real, pero sí intensamente utilizado por medios de comunicación diversos, empresarios, y también por dirigentes del Partido Socialista.

Leyendo Los Idus de Octubre de Josep Borrell, uno puede observar una narración fidedigna de lo que ocurrió en el PSOE entre septiembre y octubre de 2016. Bien argumentado y sustentado en fuentes. Los senadores asesinos del César (sesenta), incluidos Bruto y Casio, se justificaron en la necesidad de salvar la patria, la República aristocrática, para cometer el crimen. Los de Pedro Sánchez (diecisiete), en librar a España de un supuesto gobierno infectado por independentistas.

Pero tanto en uno como en otro caso, subyacía detrás una lucha interna, y recordemos que en el caso de César fueron seguidos por un periodo de guerras civiles entre sus seguidores y detractores. No sabemos a ciencia cierta lo que ocurrió antes del 28 de septiembre de 2016, pero, a falta de un sueño como el de Calpurnia, podemos hablar de reuniones en Benavente (Zamora), conspiraciones e informaciones diversas, pero si lo que sucedió después, que fue desgraciadamente radiado por todos los medios nacionales.

Construir un relato de post verdad a priori es arriesgado, pero hacerlos a posterior de los hechos puede ser muy temerario a tenor de la información que los militantes socialistas tienen todos a día de hoy. Decir que no hubo derrocamiento el 1 de Octubre (palabra utilizada por el presidente de la Gestora, “sólo un Comité Federal puede derrocar al Secretario General”, como así ocurrió al perder una votación) es poco honrado, intelectualmente hablando.

Como dice Borrell en Los Idus de Octubre: “Si (Sánchez) no hubiera convocado el Congreso el lunes 26 por la mañana, ¿No se hubiera presentado el miércoles 28 de septiembre, a la taurina hora de las 5 de la tarde, la dimisión de 17 miembros de la Ejecutiva? Difícil de creer. Lo hubieran hecho en todo caso. A 17 personas algunas de las cuales ni siquiera estaban en España ni en Europa, no se les ocurre a todas a la vez dimitir de la Ejecutiva de la que forman parte. La operación estaba orquestada desde hace días y alguien debió de coordinarla”. Después de la muerte de César en los idus de marzo del año 44 a.c., Calpurnia entregó todos los escritos personales, incluyendo el testamento y las posesiones más deseadas de César a su lugarteniente Marco Antonio. Continuará.