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Refugiados, un reto a la capacidad organizativa alemana

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Desde que empezaron a llegar masivamente los refugiados a este país, estamos ya acostumbrados a recibir diariamente noticas sobre el tema. Éstas tienen en los periódicos su propia sección aparte y a diario se suministra lo nuevo acontecido.

La última viene de la mano de un soldado alemán. El sujeto, se hacía pasar por refugiado sirio en Alemania. Tenía todos los reconocimientos como tal y además recibía el subsidio que recibe cada refugiado. Eso sí, no habla ni una sola palabra de árabe.

Parece imposible, pero ésta ha sido la noticia bomba de la última semana en los periódicos alemanes. Se tiene la sospecha de que el militar pretendía hacer un atentado para conseguir el descredito de los refugiados y así conseguir que se pararan las políticas de puertas abiertas a éstos. Está detenido y se investiga el caso.

Con este hecho concreto, se demuestra que la acogida masiva de refugiados está suponiendo en esta coyuntura un descontrol administrativo y una maraña burocrática, tanto para los refugiados como para la propia administración alemana.

Aun así la noticia riza ya el rizo y se comprueba que a pesar de la excesiva burocracia, se siguen sumando desatinos.

La adaptación es otro factor esencial que está dando muchísimos quebraderos de cabeza a las autoridades alemanas.

Pero pongámonos en situación; año 2015: decisión política de puertas abiertas a los refugiados, entrada masiva, recibimiento caluroso por parte de la población e inmediatamente después uno y mil problemas derivados de la nueva situación. Pero lo que verdaderamente está trayendo de cabeza a la administración alemana es la adaptación por parte de los refugiados a las normas y reglas que rigen la sociedad alemana.

El ministro de Interior alemán Thomas de Maizière (CDU) ha hecho este pasado fin de semana una declaración de intenciones de 10 puntos en el periódico alemán BILD am SONNTAG.

Con estos 10 puntos se pretende esclarecer la situación tanto a los refugiados como a los propios alemanes, sí, a los alemanes también. Algunos tienden a perder de vista sus costumbres en favor del recién llegado y piensan que hospitalidad y cortesía están reñidos con el mantenimiento de muchas de sus tradiciones. Así, con este decálogo se quieren poner en claro las bases del respeto a la vida en común.

De Maiziére ha hablado de la importancia de tener claro los principios en los que se basa la cultura de Alemania, que, a pesar de ser un estado laico, “nuestras costumbres están impregnadas por los principios cristianos, y hay que respetarlos y son indiscutibles “ dijo el ministro. El calendario está regido por las fiestas cristianas y así va a permanecer y además, añadió “el país que tiene una línea cultural clara es fuerte”

También insta a que los musulmanes no rechacen saludar con la mano a las mujeres y que las mujeres no se cubran el rostro ya que aquí “no somos un país de burka” y recordó que en Alemania hombres y mujeres están en igualdad. “Los refugiados no deben olvidar, que Alemania es un Estado de Derecho y las leyes prevalecen sobre cualquier regla religiosa”, sentenció el ministro.

La relación particular que Alemania tiene con Israel, marcada por su historia, es otro de los 10 puntos de este tratado de buena convivencia. ”Todo aquel que viva en Alemania tiene que ser consciente de los lazos que unen a estos dos países” y además añadió de Maiziere “en Alemania las distintas religiones conviven en paz”. El Consejo Judío en Alemania está denunciando algunos casos de ataques de musulmanes contra compañeros judíos en colegios y aquí ya se sabe, el antisemitismo está perseguido.

Por otro lado la justicia alemana se ve confrontada ante nuevos retos con respecto a los matrimonios entre musulmanes con uno de sus componentes menor de edad. De momento se han contabilizado en Alemania 1.000 matrimonios de estas características. La estadística es alarmante. Un 51% de matrimonios entre sirios, tiene a uno de sus cónyuges como menor de edad, casi siempre la mujer. Antes de estallar la guerra eran el 13%.

Alemania quiere proteger a estas niñas para que sigan con la educación obligatoria y no cuidando de una casa y embarazadas. Tendrán que ir al colegio mínimo hasta los 16 años para completar la enseñanza obligatoria. Se les intenta proteger para que puedan ellas mismas tomar sus decisiones y no, sus maridos. A muchas se les está asignando un tutor para dirigirles en sus pasos burocráticos y evitar en muchos casos, episodios de violencia o abusos.

El Estado alemán tiene mucha tarea y le queda mucho por hacer. Recibir en tan solo año y medio a más de millón y medio de refugiados está resultando todo un reto y está poniendo a prueba la capacidad organizativa alemana, que aunque buena está desbordada. En Alemania para algunos, de momento, el temor y el desconcierto van de la mano pero la mayoría lo disimula con mucha discreción.