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"Vuelva usted mañana", la diplomacia marroquí del siglo XXI

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“Vuelva usted mañana” era la retahíla archiconocida con la que se encontró el joven monsieur Sans-délai cuando quiso arreglar unos asuntos con los burócratas de la España decimonónica. Larra nos mostraba así una triste realidad. El funcionario prefería postergar las tareas, antes de afrentarlas. Ya no ocurre esto. Estamos ya en el siglo XXI y España ya no es lo que era. Y menos mal. Pero algunos diplomáticos marroquíes parecen conservar esa mala costumbre de hacer perder el tiempo a los demás.

El cinco de abril llegué a España procedente de México para realizar mi trabajo de campo de la tesis en Algeciras-Tánger y solicité personalmente una entrevista al cónsul general de Marruecos en Algeciras, Abdelfatah Lebbar. Estuvimos conversando, me ahorro lo que piensa de su país y sus tradiciones abstemias, aceptó y me pidió las preguntas –que diligentemente envié– citándome para la semana siguiente. Llegó el día acordado y nada. Me volvió a citar para más tarde, quedamos, nos vemos en su despacho y se le ocurre justo ahí que mejor que entreviste al ministro, que él lo va a conseguir. “¿Para qué hablar con el cónsul si puedes hablar con el ministro?”, dijo. “Sí, ya”, pensé. “¿Para cuándo?”. “Ya te diré”, me contestó. Ah, ok. “Vuelva usted mañana”. Aún sigo esperando.

Los marroquíes no se merecen diplomáticos que reniegan de su cultura y una burocracia decimonónica que hace perder el tiempo a los demás. Lo narrado lo viví recientemente durante mi trabajo de campo, ¡qué no habrán presenciado los ciudadanos marroquíes a los que estos diplomáticos dicen servir!