La impunidad de que disfrutan ciertas empresas que ofertan servicios de diseño y creación de páginas web es directamente proporcional a la indefensión de quienes pagamos por esos intangibles bienes.
Quizás esto se deba a que, entre un producto virtual y el puro humo, hay una distancia ontológica demasiado difusa y, pixel arriba, pixel abajo, el Ser de una web, dicho al aristotélico modo, se expresa de tantas y variadas maneras que puede fácilmente acabar asimilado a la Nada.
Paradojas metafísicas aparte, que no tengas acceso directo a las solapas materiales de unos tipos que te toman el pelo amparados detrás de una centralita, constituye también un elemento de virtualidad susceptible de convertir una simple relación comercial en pura ciencia ficción o en un thriller con final insospechado.
-¿Hay alguien ahí? Eso pregunté yo a los espíritus telefónicos de XILON SOLUTIONS SL (alias siweb) cuando, después de haber pagado por adelantado unos tangibles euros por el diseño y creación de la página de nuestra editorial, la empresa me devolvió humo coloreado, una aberración cuántica salida del útero de la Matrix. Ni diseño ni página ni carrito ni nada. Precisemos: Me entregaron una Nada de estructura binaria que reflejaba la también binaria estructura del estafador y el estafado. Simetrías de lo virtual.
No pudiendo más que hacer acopio de toda mi ingenuidad, objeté:
- Pero entonces, yo también quiero pagar con una nada de euros. Denme de baja, por favor, y devuélvanme el dinero.
Silencio de los demiurgos al otro lado de la línea.
La clase de aflicción que una No-respuesta por el cobro de una No-web pueda causar en el ánimo humano solo podrá calibrarlo quien haya experimentado una irrealidad semejante. No obstante, lejos de arredrarme, opté por echar mano de la más bruta de las ciencias brutas, la Estadística, confiando en que lo cuantitativo pudiera iluminar la escena. Y hete aquí que sí, que un buen número de incautos necesitados de lo virtual también habían recibido la llamada del Arcángel Comercial anunciando la Nueva Web. Se trataba, por tanto, de un hecho cosmogónico de dimensiones provincianas, que colateralmente pondría a prueba esa vanidad nuestra de sentirnos entre los Elegidos.
Aquí hay tomate –pensé una vez salida de la Matrix– y las únicas trompetas que XILON SOLUTIONS debería escuchar son las del juicio terrenal que espero que se celebre una vez interponga la demanda en el Grupo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil.
Dicho y hecho.
Y ahora… a esperar. A ver con qué humos coloreados vienen ahora, que no sean del color de la vergüenza.