Según cuentan las crónicas -no la historia, que ese es otro cantar en perspectiva histórica (precisamente)- España ha disfrutado de gobiernos socialistas más de 20 años desde la, dicen, obsoleta Constitución.
Pues llegan los telediarios del jueves 9 de febrero y me atragantan la cena con la ocurrencia podemita del PSOE y su Gestora marcando distancias con el PP rajoyniano reclamando la exhumación de los restos cadavéricos de Franco de El Valle de los Caídos.
¡Anda que -Ley de la Memoria Histórica mediante (2007)- no ha tenido tiempo el PSOE en esos más de 20 años de gobierno para hacer lo que ahora pide al PP! En primer lugar por respetar la voluntad del dictador, muerto en una cama de la Seguridad Social de aquel 1975 que había dispuesto su panteón en el cementerio de El Pardo y siguiendo, por la lógica de esa historia arriba aludida.
De ella se concluye que si tal propiciara el PP se sacudiría ¿qué?, ¿la caspa y sus resabios de otra época? ¡No!, ¡200.000 o 300.000 votos en la próxima contienda electoral! Desde mi punto de vista, en cómputo nacional esa cuenta no tiene trascendencia electoral. Pero para corregirme (es un decir) tiene el PP su Arriola.
Vuelvo a mi punto de vista en el que lo esencial no es lo que pueda perder el PP sacando a Franco -y a José Antonio- de Cuelgamuros, sino lo que ganaría el PSOE al apuntarse ahora al evento.
¡Recórcholis, un poco de paciencia hasta su regreso a La Moncloa. Con Susana, con Snchz o con Patxi! ¡O con quien se tercie!