Por Gerardo Gonzalo Pérez
Resulta evidente que el género cinematográfico del thriller sufre una saturación en los últimos años, especialmente en lo que se refiere a las películas procedentes de EEUU. Tal sobrepoblación fílmica genera un cajón desastre en el que se acumulan incontables obras carentes del más mínimo interéS.No obstante, de vez en cuando encontramos alguna historia interesante como esta.
No diría yo que El contable es uno de los mejores thrillers de los últimos años, pero si que suscribo que está claramente por encima de la media de los de su clase.
Es un film que parte de una premisa de cierta originalidad, muy bien interpretado, por el discutible como actor, que no como director, Ben Affleck, que aquí realiza una de sus mejores interpretaciones de los últimos años.
La película tiene una primera mitad muy brillante tanto la historia que narra, como su puesta en escena son francamente buenas, incluyendo unos efectivos momentos de acción e intriga, indispensables en estas historias.
Lamentablemente esto no es así en su segunda parte, donde alguna casualidad inverosímil, varios giros de guion poco sutiles, y un final un tanto edulcorado, más propio de telefilm que de cine en mayúsculas, lastran la conclusión de una película que apuntaba muy alto.
Es un film que en su primera parte parece una original versión de Rainman o Una mente maravillosa, desde un punto de vista del cine de suspense, para acabar convirtiéndose en una especie de Rambo.
En cualquier caso la voy a absolver, es un producto decente, bien facturado, que va de más a menos, pero que aun así, consigue un resultado final digno, aunque con esa sensación de lo que pudo haber sido y no fue, que es lo que separa a una película correcta como esta, de una gran obra.