Iceta o la pérdida de la decencia política

Pedro Sánchez y Miquel Iceta durante un acto de campaña en 2015.

Pedro Sánchez y Miquel Iceta durante un acto de campaña en 2015. Efe

Por Ángel Alonso Pachón

Hasta el rabo todo es toro. La faena sanchista hay que acabarla, ¿verdad, señor Iceta? La faena, aquella que usted, señoría catalana empobrecida, pedía a gritos que nos salvara: “Pedro, ¡mantente firme, aguanta!”, esa faena, ya sin toro, usted quiere perpetuarla.

Cordón sanitario, hospital de ladrillos sin vida de profesionales; salón parlamentario no operativo, conocido con el sobrenombre de 'sala acomodaticia del modus vivendi'; esperpento de la lógica; catecismo de amoralidad política; mercadillo de viandas prefabricadas; proyecto vendido sin planos, ni desarrollo; historiador apócrifo del PSOE…

Señor ICETA, ¿qué más? Se me olvidaba, usted es un hipócrita comprador de sillones badaloneses (por si acaso no ha estudiado, nacidos en Badalona), que como pícaro medieval compra diez entregando cuatro después de comprobar que malvendió cuatro esperando recibir el beneficio, producto típico catalán, “la pela es la pela”, que, en este caso, se conoce como “la silla no es silla, es sillón”.

Dice usted: “¡Somos el cambio!”. Por favor, no insulte a los que sin necesidad de condenar al adversario fabrican progreso, poco a poco, a pesar de ustedes. No conocía yo el nuevo sistema bursátil: Jaque al alcalde, robo corona, pongo cuatro, exijo diez. ¿Por qué no se presenta, usted, a dirigir la Comisión Nacional del Mercado de Valores? 

Le ofrezco algunos conceptos para su reflexión:El aislamiento es el castigo que dan los que se dicen (no que son) ejecutores de la justicia. Cordón sanitario: castigo que proporcionan los que tienen miedo. El Sanchismo es el concepto que se aplica a los familiares retrasadillos de Sancho Panza.