La decadencia del PPSOE tiene fecha de caducidad

Segunda sesión del debate de investidura/Mariscal/EFE

Segunda sesión del debate de investidura/Mariscal/EFE

Por Miguel Lázaro, profesional del Turismo, escritor, blogger y ciudadano, @miguel_lazaro_

Ha quedado claro y patente, que mientras el Partido Popular no se quede “en la calle” y siga teniendo el aval de votos que le han prestado sus votantes, va a seguir escupiéndole a la cara la ciudadanía y a los pactos. Con más “Soriazos”, con rebajas indolentes de presión hacia sus corruptos, con una falta absoluta de autocrítica, acompañando esta ensalada decadente con la prepotencia habitual y enquistada de quienes lideran el partido.

La responsabilidad cero de los populares a no cambiar, se ayuda y se alimenta en la esquizofrenia política de un tal Pedro Sánchez, que quiere gobernar, aunque sea lo último que haga. Aunque para ello tenga que decirle que sí a la Berenjena populista, a los que quieren hacer del país un mapa de la antigua Yugoslavia fraccionada y hasta con los alienígenas de Independence Day, si a éstos les da por pasearse por aquí.

La figura de Sánchez antes podría evocar a Narciso, enamorado de su propio reflejo, tanto que se ahogó por desearse a sí mismo. Ahora quizás, recuerda más bien a Dorian Grey, cuya apariencia jovial no era más que la fachada del verdadero rostro enfermizo, que ocultaba en un desván bajo llave. Ya huele Sr. Sánchez: cuando el agua no circula, se estanca y apesta. Si no se lo ha dicho nadie antes, se lo digo yo.

Solamente hemos escuchado desde la Tribuna pedir perdón a un político: Albert Rivera. Que de todos es el que menos tenía por qué hacerlo. Hay que seguir, no queda otra: ante la decadencia manifiesta de quienes prefieren pudrirse en público, ignorando el mandato de responsabilidad que les han otorgado las urnas, debemos seguir apostando por el espacio donde C’s ha demostrado con hechos reales que se pueden conseguir acuerdos y cambios.

No podemos ceder ante la decadencia. No podemos caer en “lo de siempre” dejándoles hacer o deshacer a su antojo y quedarnos callados. La fuerza de C’s no es otra que la del espacio común y la voluntad de cambio ante el inmovilismo, la corrupción y los personalismos. Pudiera parecer a veces que el objetivo del bloque decadente PPSOE es hacer desaparecer a C’s, precisamente por ser los únicos que pueden ponerles en su sitio y forzarles a acordar reformas. Los que no quieren cambiar, se resisten porque saben que ese es su talón de Aquiles. Por eso C’s debe seguir apostando en su esencia de centro reformista. Porque sin querer atacar, golpea donde más les duele a los que saben que políticamente tienen los días contados.

Queridos compatriotas, esto no va a durar eternamente. La decadencia tiene fecha de caducidad, solo es capaz de alimentarse de sí misma y por ello, se terminará consumiendo.