Bibalbos europeos

Por Félix Jacinto Alonso Holguin

Estaba una Clóchina en Calpe (Alicante) esa tarde de agosto, tan ricamente disfrutando del mar. El agua es un medio óptimo para desplazar señales eléctricas y acústicas. Se sobresaltó cuando recibió un mensaje desde Bruselas (Bélgica), país “uropeo” y dentro del Convenio de Schengen:

-Un humano ha salido huyendo de este país con dirección a Marruecos. Se estimará su paso por Francia y España, utilizando vehículo propulsado con derivado refinado del fósil petróleo. Ese calamidad está implicado en el asesinato de otro de su misma especie. Se ruega atención a todos los animales para proceder a su detención y envío de vuelta a Bélgica, conforme a la Orden de Búsqueda y Captura Internacional: se adjuntan imágenes del individuo para mayor acierto a la hora de reconocer.

Clóchina, que pertenece también a la especie de los bibalbos, como el pariente belga que originaba el mensaje, leyó 3 veces atentamente la noticia. Ella era muy buena en su trabajo y no gustaba de olvidar detalles importantes; sí, de esos que luego un abogado colegiado se ocupaba de encontrar para librar en un caso al culpable de un delito. Es más, escribió notas en su propio cuaderno para resaltar detalles: matrícula y modelo de los autos, descripción física del animal humano, así como el número de Orden de Búsqueda y Captura Internacional, además de la Administración Judicial que solicitaba esto.

-Bélgica, Bélgica -repetía Clóchina- ¿de qué me suena ese país?

Abría y cerraba sus dos caparazones, al tiempo que buscaba el recuerdo. Era reciente, sin duda, aunque no llegaba a determinar el motivo. La solución era hemeroteca.

Fue desplazando hojas y días de su dispositivo digital que, con la funda apropiada, funcionaba estupendamente a dos metros bajo el agua. Además, el cablecito submarino que llevaba internet desde Alicante a Baleares, estaba a “tiro de concha”, teniendo una alta velocidad “güifi”. Se decidió por escribir Bélgica y España en el buscador: sin resultado bueno; rellenó la búsqueda añadiendo “delincuente”: sin resultado esperado. Tras otras siete posibilidades, dicidió añadir “terrorista etarra”: positivo. Allí estaba el quid de su búsqueda.

Repasó la noticia tres veces de siete formas diferentes, en nueve medios de comunicación diversos. A la vez, iba introduciendo agua salada por sus labios, ya que el interior del caparazón iba subiendo de temperatura... y, según dijo su madre hace años:

-Nuestro mayor enemigo es el calor...

Recuperó el mensaje del Mejillón belga. Sonreía por la diferencia de gustos entre humanos de ese país y España: ellos, nata o crema de leche para degustar bibalbos; éstos de aquí enfrente, más de vinagreta, pimentón, tomate,... incluso había oído hablar de “Tigres” dentro de su orden animal, sin saber ciertamente cómo se preparaba ese mejillón. Tomó plena consciencia y respondió al Bibalbo belga:

"Estimado compañero,

Escribo, como ve en el encabezamiento, desde tierras y aguas de España. Sí, el país al sur de Francia y que, una vez superado el Estrecho de Gibraltar -¡Español, Español, Español!-, las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, puede llegar a Marruecos. Destino el cual usted ha referido en la Orden de Búsqueda y Captura Internacional, sobre un animal humano implicado en un asesinato.

Aquí somos muy conscientes de ese peligro, tanto para esas criaturas, como para nosotros: si se tratan así entre ellos... ¿qué no harían con nosotros, ambos bibalbos? Empeñaremos todo nuestro afán y medios para detener, capturar y respetar los Derechos Humanos que corresponden, de acuerdo con el Convenio suscrito por dicha especia en la Organización de Naciones Unidas.

Somos un país “uropeo” dentro de dicha Organización Política y Económica. Respetamos los Tratados y Acuerdos, con especial interés en este caso por el Convenio Schenggen. Se ha efectuado traslado a los hombres de Guardia Civil y Policía Nacional de esa petición suya, tan bien fundamentada y comunicada; ambos Cuerpos y sus Agentes son de lo mejorcito en la Tierra rastreando asesinos, procediendo con todas las garantías a su detención.

Verá usted, querido, hace breves fechas hemos tenido noticia de una criatura de esa especie -llamada "Pepona"-que reside en su país, Bélgica. Dejando de lado su profesión de cocinera, tenemos constancia de su participación hace unos años en el asesinato de tres personas, al menos. Estaba vinculada a una organización terrorista llamada ETA., que lleva operando aquí más de 50 años. Convendría que usted conociera que aquí se respetan todos los Derechos Humanos, incluso aquellos que ellos han retirado para otros de sus semejantes.

La “Justicia” de Bélgica tiene dudas de dicho respeto y aplicación. Conozcan ustedes que no es la primera detenida, presa y condenada a quien otorgamos dichos derechos... y que no será la última.

Por ello, recíprocamente, hagan ustedes el favor de remitir a dicha persona a este nuestro amado país llamado España.

Desde Calpe, con nuestros respetos."

Y yo buceaba...