España se merece una invasión extraterrestre

Por Miguel Lázaro, @miguel_lazaro_ (Profesional del Turismo, escritor y blogger)

Me pregunto: ¿qué es lo que tiene que ocurrir en España para que vayamos todos a una? ¿una invasión vikinga? ¿un ataque extraterrestre? Parece que lo digo de broma, pero este sindios albergado, consentido y tolerado por las partes, nos está haciendo perder el tiempo a todos. Como si tuviésemos margen, como si hubiera tiempo para pensar, como si esto fuera la Séptima temporada de Juego de Tronos versión Ibérica.

¿Acaso solo mostraremos unidad, responsabilidad y sentido de estado ante un ataque global haciendo frente común? Creo que incluso hasta así, los nacionalistas catalanes negociarían un documento de identidad intergaláctico antes con los alienígenas, los zombis o los caminantes blancos que con el resto de partidos constitucionalistas.

Insisto, parece que estoy de broma pero no lo estoy. Si esto fuese la película Independence Day, el frente común estaría claro: o ellos o nosotros. En este caso, los aliens los tenemos en casa y no son tan alienígenas: pertenecemos todos a la misma especie, pero nos ha picado un bicho. No se puede hablar tampoco de “los otros”, no se puede hablar de bandos, ni decir que tenemos al enemigo en casa. No somos enemigos, somos vecinos. No solo vecinos: compañeros de trabajo, familiares, ciudadanos que intercambian bienes y servicios y que dependemos unos de los otros y viceversa.

Mientras tanto, en el cuartel general socialista entre conspiraciones, irresponsabilidad notoria y esquizofrenia política, también me pregunto si Pedro Sánchez es capaz de dormir por las noches. Si lo consigue, es que no debe tener el menor atisbo de conciencia. Nuestro amigo Pedro, ve que las naves alienígenas se posicionan sobre Madrid; ve también que los zombis están a punto de derribar la puerta y en ambos casos se queda mirando. Se pone su traje azul oscuro y espera a que le vuelva a llamar Mariano, para volver a decir que no se abstiene.

Ojalá lleguen los extraterrestres si eso sirve para que nos unamos todos. Ojalá se lleven abducidos a Pedro y a Mariano, como especímenes del ejemplo de “lo que no hay que hacer en política”. No me considero especialmente monárquico, ni especialmente lo contrario; pero si yo fuera Felipe VI, en cada ronda de contactos con los dirigentes políticos, les haría un tratamiento a lo “naranja mecánica” y nunca mejor dicho.