El bosu

Deportistas entrenan sobre un bosu/ Wikimedia Commons

Deportistas entrenan sobre un "bosu"/ Wikimedia Commons

Por Félix Jacinto Alonso Holguín

Se trata de un objeto de 65 centímetros de diámetro formado por una semiesfera de látex y una base de plástico muy dura. El nombre es un conjunto de siglas del término en inglés “BOth Side Up”: ambos lados hacia arriba. Es usado para algunas técnicas de gimnasia con el fin de tonificar parte de la musculatura, con especial atención a la zona abdominal. Pilates, Yoga, incluso para rehabilitación de lesiones. ¿Te imaginas?

Me explicaré mejor: media pelota hinchada y anclada a una base horizontal rígida. Este objeto se utiliza por ambos lados de manera alternativa, obligando al deportista a mantenerse sobre él con las piernas en idéntica presión y fuerza para conservar el equilibrio.

El centro de gravedad del humano está a la altura del abdomen; si mateniene tensa esa parte, junto con la igualdad de fuerza en los pies, el cuerpo permanecerá erguido y nivelado sobre la superficie más o menos inestable de el bosu.

El hemiciclo del Congreso de los Diputados de España se asemeja mucho a un Bosu. La Presidencia sería la parte firme, dado que está apoyada sobre una pared recta, sustentada por el conjunto de los ciudadanos españoles. Los escaños, dispuestos en semicírculo, tienen un parecido razonable con el látex lleno de aire; sobre él se sitúa, en sentido figurado, la tribuna de oradores. Allí, cada uno de los miembros del conjunto, defiende sus diferentes posturas ideológicas, políticas y sociales.

Llevamos ocho meses intentando que una de las personas electas se suba al "bosu", defienda un programa de gobierno y consiga el apoyo mayoritario del Congreso de los Diputados. Dos veces, dos, hemos votado sin conseguir una mayoría absoluta o bien una mayoría simple que facilite la formación del Poder Ejecutivo.

Algunos “bosu” tienen amarrados en la base plástica dos cuerdas, en ocasiones elásticas, para realizar determinados ejercicios. El individuo se vale de ellas para permanecer en la cúspide del aparato. Puede estirar de uno, encoger el otro, o bien, nivelar ambos consiguiendo realizar los diferentes posturas para fortalecer la musculatura.

En el “bosu” del Congreso, de acuerdo a las matemáticas de los escaños, cualquiera de los candidatos ha de conseguir más de un anclaje que permita, en primer lugar, la aceptación de su proyecto. Después, conforme vayan avanzando los proyectos legislativos, precisará de más acuerdos para la aprobación de ellos.

Estamos casi en septiembre, que diría un amigo de Cigales (Valladolid) ya que, al comenzar el mes, el siguiente son cuestión de unos pocos días. Difícil es entender que hayan gastado 700.000€ en viajes en la legislatura pasada y fallida. ¿Dónde han ido si todos sus desvelos se cernían en la Carrera de San Jerónimo sede del Congreso de los Diputados? ¿Se han ido de vacaciones también? ¿Se ven en condiciones de irse por ahí sin haber solucionado esto de aquí del centro de España? ¿Harán deporte?

El arco parlamentario -nuestro bosu- está de acuerdo con la catástrofe que sería tener que concurrir otra vez a unas elecciones generales. Ahora es época de diálogo, proyecto a corto, medio y largo plazo. Hay el encargo de Su Majestad el rey a uno de ellos subirse al bosu. Pero deberá conseguir un par de anclajes, al menos, para mantenerse en la cúspide, asegurar su posición y lograr sacar su proyecto de ejecutivo adelante.

Luego ya vendrán los proyectos, presupuestos y otros envites que tenemos en España... en breve llegarán también las Navidades -¡Feliz Navidad!-. ¿Dejarán los Diputados espacio en la carta de deseos a SS.MM los Reyes Magos el equilibrio sobre el bosu o bien seremos convocados a otros comicios?

Señores, la solución está en sus manos: suban, aprieten el estómago, flexionen un poco las rodillas y sujétense a un par de cabos, al menos, para lograr que España comience a funcionar.