Exposición de caricaturas: Antoni Roca (1895-1977): El grafismo del humor

Francesc MEestre Art/ Expo Antoni Roca/ Fotografía de la autora

Francesc MEestre Art/ Expo Antoni Roca/ Fotografía de la autora

Por Marta Teixidó

Francesc Mestre, cuya experiencia y conocimientos en el mundo del Arte se han manifestado en más de una ocasión en esta web, me comentó con respecto a Antoni Roca: era un “ninotaire”, una palabra que no tiene traducción en castellano.

Y efectivamente, la palabra que más se le acerca es la de “caricaturista”, pero en realidad, en la muestra Antoni Roca (1895-1977), se observa con toda nitidez que el trazo y el humor de este dibujante no representa en toda su obra (un retrato que exagera o distorsiona la apariencia física de una persona o varias) de forma reconocible, para crear un parecido fácilmente identificable y generalmente humorístico, sino que estamos ante un dibujante cuya personalidad era llana, transparente y afable, al igual que sus dibujos de línea limpia y segura, según comentó el escritor Lluis Millà i Reig en el prólogo del libro Antoni Roca, tot fent memoria (Haciendo memoria).

El humor de Roca es vital, alegre, curioso, nada capcioso, perfectamente inteligible. Hay comicidad, hay colorido y un elegante sentido burlesco. Sus personajes tienen vida propia. Son ágiles y ligeros, plagados de movimiento. Practican posturas inverosímiles pero perfectamente comprensibles, y sólo aptas para el imaginario de las revistas con ilustraciones, es decir los populares tebeos.

Reza el programa de mano que se formó en la Llotja (Academia de Belles Arts Sant Jordi), fue uno de los creadores del grupo Nou Ambient (nuevo ambiente) que expuso regularmente en la Sala Dalmau durante los años 20 del pasado siglo. Su actividad como “ninotaire” es una variante del periodismo, como ocurre con Forges, Peridis, “El roto”, Ramon y Erlich entre otros.

En la obra de Roca se aprecia como sus personajes son tratados con humor, pero ni ridiculizados ni humillados. Ni siquiera se observa que sean malvados o feos. Simplemente el dibujante transporto la realidad, o la ficción al papel, para hacer surgir una sonrisa, o un gesto de humor, como forma de hacer frente a la pesadumbre de la vida cotidiana.

La crítica a través del humor, de la sociedad y su comportamiento, también está presente en sus trabajos, que con más de 50 años, todavía sigue estando vigente, lo que demuestra que en cuestión de calaveradas y corrupciones, en realidad no se ha evolucionado nada, sino que incluso se ha sofisticado más el tema.

Antoni Roca destacó, y fue realmente más conocido por sus caricaturas – aquí sí puede emplearse el término – de conocidos ases del fútbol. En la muestra puede apreciarse la estructura corpórea de Kubala o el tupé de Ramallets, la nariz de Saul Barba o la agilidad de Samitier, cuando todos pertenecían a la plantilla de F.C. Barcelona.

Una muestra que ha sido posible gracias a la colección particular de la que disponían sus sobrinos, quienes a través de la Francesc Mestre Art presentan la oportunidad de dar a conocer a un artista del dibujo, un “ninotaire”, lleno de ternura y candor, sin obviar un sentido del humor culto y también incisivo.