Va a ser que no

Por Félix Jacinto Alonso Holguín,  @AlonsoHolguinFJ

La situación de la sociedad en España cambia de un lado a otro conforme transcurren los tiempos. Cuan veleta sobre el tejado de un edificio, que a merced del viento se mueve, ciertos sectores cambian de un punto a otro, cada cual más extremo.

Las brújulas acuáticas son un instrumento para orientarse bajo el agua. Una aguja imantada marca el norte geográfico, con una pequeña ventana en el lateral para mejor visionado, un bisel movible para fijar el rumbo y, a mi juicio una parte fundamental para este relato, la línea de fe. Se trata de un trazo inamovible, señalada en el cristal con color rojo, que indica el camino que ha de seguirse para llegar al punto deseado. Indicaré que es de manera aproximada, ya que el mover caprichoso de las olas y corrientes puede variar un pelín el rumbo unos instantes, pero recuperando en breves momentos. Allí abajo todo es más lento que en el medio terrestre.

Otrora nuestra España se desayunaba día sí, día también, reflejando el terrorismo como uno de las mayores preocupaciones de la sociedad. Encarnado en la banda ETA, ha sido el azote de nuestros ciudadanos durante más de 50 años. Y, aunque digan lo contrario, no ha acabado. ¿Cuántos siguen viviendo fuera de sus pueblos natales o vitales por miedo a esa gentuza? En España también sigue vigente una diáspora de personas obligadas a vivir lejos de su amada tierra.

Reconozco que algo ha cambiado: ahora, en lugar de haber atentados, tenemos a sus representantes políticos en las principales Instituciones de España -véase que obvio decir "nacionales"-, ya sea Parlamento, Comunidades Autónomas, Diputaciones Provinciales y Ayuntamientos. Este verano de 2016, y sus aires inestables, han desvelado al PNV como el nuevo valedor de unas prioridades de ETA: traslado de presos a cárceles de allí, a las provincias vascongadas. Es más, según parece también desean tener las competencias en materia de Instituciones Penitenciarias al gobierno de dicha Comunidad Autónoma.

Años atrás, hacia 2006, se produjeron unas manifestaciones con el lema "En mi nombre, no". Una asociación de Víctimas del Terrorismo, presidida por don Francisco José Alcaraz, decidió plantar cara al gobierno de España en su proceso de negociación con dicha banda terrorista. Otrora influyente en una auténtica rebelión cívica, donde ciudadanos y víctimas nos postulamos en contra de cualquier negociación con asesinos, ha ido dando bandazos de un lado a otro. Una presidenta decidió no pedir nada, no ahora ni en futuro al gobierno vasco regido por el PNV. Al año siguiente, tras unas declaraciones del presidente de allí, la misma persona rectificó sus palabras y aplaudió unas manifestaciones de aquél. Volvían a ser "amiguitos".

Este año, hace unos meses, en dos procesos judiciales diferentes con integrantes de ETA, la acusación de dicha asociación rebajó la petición de condena a varios etarras con la asunción de ellos de su pertenencia a ETA. La pena no superaba los dos años de prisión. Por ello, no entrarían en establecimiento penitenciario a cumplir condena de privación de libertad. Simplemente por reconocer su militancia en la organización terrorista, algo fuera de duda para casi todos... nosotros y ellos, los etarras; en cambio, otros...

Fenando Altuna Urcelay, hijo de don Basilio Altuna, Capitán de Policía, asesinado por ETA y, a día de hoy, sin averiguar los culpables, envió una carta a un diario con el título "En mi nombre, no". En ella, con gran acierto, desvelaba uno por uno los puntos en desacuerdo con dicho acuerdo y condena. Al poco tiempo fue concedido el honor de ser expulsado de dicha asociación. ¡Bienvenido, Fernando! Parece que cambiaron de presidenta a presidente; conservan las costumbres... Ya somos unos cuantos quienes, por un motivo u otro, cada razón más absurda, hemos recibido la carta. Una candidatura diferente, personas que efectúan preguntas incómodas o aquéllas que difieren de la "postura" oficial, son algunos de los ejemplos que jalonan la lista de ex. Incluso se presentan querellas contra las propias víctimas, en lugar de invertir ese dinero en luchar en ámbitos judiciales contra ETA. Ya, ya vemos cómo luchan en las instancias judiciales y contra quien.

El viento continúa soplando; la veleta sigue moviéndose; la línea de fe, que marca nuestro rumbo e indica la posición hacia donde vamos, sigue coincidiendo con nuestros fines. Nosotros, algunas Víctimas del Terrorismo, estamos en el mismo lado, con ideas fijas, principios y sentimientos. Recuerdo que conservamos la idea de Verdad, Memoria, Dignidad y Justicia con respecto al terrorismo. Otros...

Fernando, querido amigo y resto de compañeros de este lado de la acera, de donde no nos moverán... En mi nombre no, no y no.