Mentiras criollas

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy/Oto/EFE

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy/Oto/EFE

Por Sigfrido Samet

“Si querés vivir feliz, si ilusión querés tener, conformate con creer, sin entrar a discutir”.

(Tango de Oscar Arona, 1929).

Políticos y tertulianos, suelen abusar de las palabras. Por ejemplo, para ellos “democrático” significa “bueno”. La democracia no es buena ni mala; es un sistema de gobierno. Al aumentar la población y la riqueza, la gobernabilidad requiere más participación. Cada cual prefiere sus propios errores a los de algún iluminado; pero no olvidemos que, como dijo Aristóteles, la democracia puede conducir a la dictadura.

También políticos y tertulianos comparten esos “errores”. Y a menudo hacen dudar si se deben a falta de inteligencia o a exceso de venalidad (como si se tratara de títeres alimentados por algún partido político).

De entre las muchas mentiras que oímos, destaco dos:

1) El partido más votado es el que debe gobernar.

2) Los partidos emergentes deben anunciar anticipadamente a qué partido apoyarán (y “debería” ser el más votado).

La Constitución Española establece (artículo 99) que el Rey propone candidatos a Presidente, pero que son los diputados quienes otorgan o no su confianza, de la cual depende que el Rey lo nombre Presidente.

La mayoría de votos obtenida, debe ser tenida en cuenta. Pero los partidos emergentes exigen además, algunas coincidencias programáticas. Si no las hay, es lógico que no voten contra sus objetivos (no “ideologías”, que, como “derecha” e “izquierda”, solo conciernen al marketing político) y apoyen al partido que acepte compartir compromisos. Como esto se sabe después de la elección, sería disparatado que se proclamase a priori.