El final de curso

Entrenamiento de la selección española de fútbol/Angelika Warmuth/EFE

Entrenamiento de la selección española de fútbol/Angelika Warmuth/EFE

Por Rafael Maria Molina Escondrillas

Los amantes del fútbol viven el final de curso con sensaciones encontradas. El desenlace de la temporada, con la celebración de las finales y las jornadas decisivas de la Liga, siempre es emocionante pero a la vez guarda un poso de amargura. Esto se acaba, piensan. Por delante quedarán meses de travesía por el desierto, con míseros partidos amistosos ante rivales de poca enjundia a la espera del comienzo de la Liga.

Ni siquiera el verano, la playa y las cenas en terrazas llenan el vacío de no ver rodar el balón. Entonces uno recuerda que este año hay Eurocopa y Copa América. Y además, entre el final de estos dos campeonatos y el comienzo de las ligas europeas, hay Juegos Olímpicos. Una sensación de optimismo le invade al aficionado por todo el cuerpo. No hay nada que temer. Este año no hay desierto.