El cambio de paradigma político

Por José Manuel Millán Campos

No podemos resolver los problemas actuales con los mismos partidos que los han creado.

El cambio no consiste en cambiar de partido. El cambio consiste en cambiar de paradigma, en un nuevo modelo de partido político más democrático, menos autoritario y plenamente integrado en la sociedad civil.

Paradigma es una palabra de origen griego que inicialmente significaba modelo o patrón. En la actualidad se puede interpretar como el conjunto de reglas, usos y costumbres que regulan un determinado tipo de estructura o sociedad. Cuando por motivo de avances científicos, sociales o por revoluciones se cambia el modelo se dice que ha habido un cambio de paradigma. El paso de las monarquías absolutistas a monarquías parlamentarias fue un importante cambio de paradigma político. En lo científico recordamos a Lord Kelvin en 1900: “No queda nada por ser descubierto en el campo de la física actualmente. Todo lo que falta son más medidas y más precisas”. Cinco años después de esta aseveración, Albert Einstein publicó su trabajo sobre la relatividad y lo cambio todo. Nació un nuevo paradigma.

Si analizamos el actual paradigma político, es decir, el modelo de partido político actual, los podemos comparar a las monarquías absolutistas. Existe un rey que lo controla todo. El pueblo no tiene más derechos que los que el monarca les quiera dar y dependiendo de su generosidad. Fueron necesarias revoluciones cruentas para acabar con el poder absolutista y dar paso a las monarquías parlamentarias limitando los privilegios del rey.

El modelo de partido político actual está basado en la existencia de un presidente que lo decide casi todo. Tiene poder sobre sus súbditos, los afiliados a los que exige fidelidad absoluta y como en el caso de las monarquías absolutistas están en permanente guerra con los otros partidos y sus afiliados a los que trata como enemigos naturales.

Este es el actual panorama de España en los últimos 30 años y no parece que vaya a mejorar a menos que cambiemos el paradigma político.

El nuevo paradigma político se basa en una nueva generación de partidos que están orientados a la colaboración e integrados en las Sociedad Civil.

El Presidente no es el amo del partido, es en todo caso el Jefe de Estado del partido. Se limitan algunos poderes.

El Consejo de Gobierno del partido es controlado directamente por los afiliados formando parte de este Consejo de Gobierno. Es decir, existirán en el Consejo dos componentes iguales en número, una parte ejecutiva y otra parte representativa. Evidentemente la parte ejecutiva tiene libertad para reunirse internamente cuantas veces quiera, pero los actos con validez legales o decisiones de cualquier tipo que sean necesarios tomar para el buen gobierno del partido solo se podrán realizar en el Pleno del Consejo.

El presidente del Consejo, que es un cargo doble, por un lado, es Jefe de Estado y por otro lado Presidente no puede formar parte de ningún cargo ejecutivo en la administración pública. Esta incompatibilidad se transmite a lo largo de toda la estructura organizativa del partido. Un presidente de un Consejo Local no puede ser Alcalde

Por otro lado, el ciudadano no afiliado o afiliado a otro partido no es “enemigo natural” del partido. Es simplemente un miembro de la Sociedad Civil.

Pero dado que determinadas decisiones que el partido tome pueden afectar al interés de los ciudadanos, tanto a nivel individual como colectivo, es necesario establecer cauces de participación de esos individuos y colectivos, que forma parte de la Sociedad Civil en la elaboración de propuestas y en la elección de cargos públicos creando las figuras de Inscritos y Afiliados Honoríficos

Evidentemente los poderes del Consejo en determinados campos quedan limitados por la participación de la Sociedad Civil. En particular en la elección de los cabezas de lista a elecciones a cargos públicos donde la capacidad de designación directa de estos cabezas de lista desaparece, ya que los resultados de las consultas a la Sociedad Civil deben ser vinculantes.

El concepto de “enemigo natural” entre partidos se ha extendido incluso dentro de los partidos. Es necesario cambiar las reglas internas de los partidos cambiando el método de votación de mayorías simples por el de rondas múltiples en el que el candidato no solo debe buscar el apoyo de sus fieles sino la aceptación de los que apoyan a otros candidatos.

Como creemos que los nuevos partidos políticos no son sino nuevas copias de los partidos clásicos, del viejo paradigma, hemos creado un partido prototipo basado en el nuevo paradigma con el único objetivo de ensayar este nuevo paradigma y evaluar los resultados. Y los primeros resultados parecen prometedores.