Por Víctor Llano
Según el CIS, la preocupación de los españoles por la corrupción ha crecido considerablemente en los últimos años. Semana tras semana conocemos nombres de políticos que se enriquecieron sirviéndose del poder que en mala hora les concedimos. No sólo no son honrados, tampoco parecen muy inteligentes los que creyéndose impunes insisten en robarnos después de ver presos a muchos de los que fueron sus compañeros. Nadie en su sano juicio justificaría o se conformaría con la corrupción y con los que la tapan, los últimos tan corruptos como los delincuentes a los que pretenden proteger. Pero en este artículo me gustaría preguntar por otro tipo de corrupción. Si de mí dependiera, el Centro de Investigaciones Sociológicas preguntaría a los españoles, no por el juicio que le merecen los políticos en general, pero por asuntos más concretos. Ahí van algunas preguntas:
-¿Cree que los políticos nos mienten?
-Si cree que nos mienten, ¿quién es el político que más insiste en ello? ¿Podría decirme el nombre de un político que, a su juicio, jamás mintió a los españoles?
-¿Qué bueno podemos esperar de los que más de tres meses después de las últimas elecciones generales insisten en que van a reunirse para llegar a acuerdos que antes vetaron? ¿Cuándo mintieron? ¿Cuándo vetaron los acuerdos o ahora que dicen estar dispuestos a levantar los vetos? ¿Antes? ¿Ahora? ¿Siempre?
-¿Podemos creerles cuando dicen que más que alcanzar o mantenerse en el poder trabajan por el bien de los españoles?
-¿Cree que los políticos nos consideran a todos idiotas?
-¿Tenemos que conformarnos con políticos mentirosos?
-Si sólo de usted dependiera, ¿dejaría la educación, la salud y la seguridad de sus hijos en manos de un político que le consta que le ha mentido?
-¿No es ya corrupto un político que nos miente?