El silencio incomprensible de algunos políticos…

Por Ángel Alonso Pachón

La calle se pregunta si la política es religión para que de forma reiterada ciertos gobernantes no respondan ante los constantes escraches políticos que supuran un cainismo agresivo, con la aniquilación del contrario como fin.

Poner la otra mejilla ante las ofensas es decisión personal basada en principios morales o religiosos. Querer, como responsable político, que sus votantes aguanten en silencio burlas, humillaciones y desprecios no es de recibo.

Los líderes políticos tienen el deber y la obligación de defender, con todos los medios a su disposición, la ideología de partido y los principios de todos sus votantes y simpatizantes. Los ciudadanos tienen el derecho de exigir que se ponga en la misma balanza la porquería humana que ha circulado por todos los partidos, con nombres y apellidos. Los ciudadanos no nos merecemos el silencio derrotista de sus líderes, cuando otros partidos utilizan todos los medios a su alcance para manchar la honradez ajena.

¡Cuidado!, en el mus se dan los órdagos para asustar; en política ciertos órdagos llenos de inmundicia pueden vaciar el plato de lentejas de mucha gente.

La obligación de los partidos “políticamente moderados” es poner las cartas sobre la mesa y de una vez por todas, con ellas encima, hacer ver a los mirones quién hace trampas e intenta engañar.

Señor don Mariano Rajoy, esto no es un brindis al sol… es una llamada de atención. Tomar “leche aguada” es peor que tener y repartir “mala leche”.