Universidad

Por Pablo Rubio Pascual

Nosotros, desde las facultades de memorizar y escupir, no aprendemos nada. Mejor dicho, no dura nada lo que aprendemos.

De qué sirve, quisiera yo saber, aprender métodos matemáticos, si luego vienes tú, con ecuaciones lineales y sumas de dos dígitos.

Por qué nos transmiten unos instrumentos para una batalla que jamás libraremos. Unas posiciones que nunca defenderemos.

Por qué las asignaturas son compartimentos estancos y no vasos comunicantes. Por qué aprendemos procedimientos, si luego, sólo sirven para recitarlos como loros en el examen.

De qué sirve estar seis cursos académicos en la facultad, si luego, en la empresa nos insertan una formación de seis meses y varios años de becario.

Pasan las asignaturas, los cursos, y ya en tercero sólo se ha posado el resentimiento de volver a sufrir, una vez más, la humillación imperdonable de otro cuatrimestre más.