La auténtica naranja mecánica

El líder de Podemos Pablo Iglesias/EFE/Chema Moya

El líder de Podemos Pablo Iglesias/EFE/Chema Moya

Por Juan José Iglesias González

He visto al líder de Podemos advertir al candidato socialista de que tenga cuidado con la naranja mecánica. Me llama la atención no sólo por la simplona utilización del título de la película para descalificar a un partido rival, sino también por algo mucho más poderoso.

Vi la película hace bastante tiempo y mi memoria es peculiar así que sólo recuerdo detalles de la trama, pero sí que se me quedaron bien grabadas ciertas secuencias. La más poderosa de ellas es la del protagonista sufriendo un lavado de cerebro mediante la proyección continua de imágenes acompañada de música de Johan Sebastian Bach.

Y esto me ha hecho concluir que la auténtica naranja mecánica es Podemos porque Podemos hace exactamente eso.

Proyectan de forma continua mensajes para descalificar a los rivales, repiten una y otra vez las mismas palabras como desigualdad, pobreza, explotación, corrupción, ... para acabar diciendo "nosotros, la gente" y separar al que no está de acuerdo como "casta" o "amigo de la casta" para que sea reconocido como detestable por el resto.

Así buscan anular al individuo, acallar las voces distintas para aumentar la masa de personas que delega en su opción, y lo que es peor, anular cualquier sentido crítico y posible discusión de lo que está bien y de lo que está mal (empezando por sus propias contradicciones).

Vivimos en 2015 y no podemos olvidar lo que nos ha enseñado la Historia. Somos personas que viven en sociedades que se basan en el respeto de los unos a los otros, que nos damos leyes aceptadas por todos y que sabemos que el poder ha de estar separado en múltiples partes que se controlan y limitan entre sí. Lo contrario lleva a decisiones injustas y arbitrarias, o lo que es peor, a una dictadura.

A la corrupción se vence con transparencia y aplicación de leyes. La pobreza desaparece con economías flexibles que crean nuevos trabajos para personas. La tolerancia nace del respeto mutuo y ello exige respetarnos los unos a los otros por muy opuestos que seamos en ciertos aspectos.

Son las sociedades libres que se basan en la colaboración entre ciudadanos las que crean mayor felicidad. El truco más viejo de la Humanidad para acaparar el poder que es buscar enemigos para enfrentar a unos con otros solo lleva a la división, al enfrentamiento y al odio.